F O U R T E E N

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Aún me duele.

Su cuerpo se sentía cálido, sus manos y sus brazos se sentían menos pesados, sin embargo, para Gulf, algo provocaba que su mano izquierda se quedara inmóvil, prohibiendo con ello su movimiento.

"Algo me sostiene con delicadeza "

Aún con los ojos cerrados, el más joven parpadeó, intentando que su pestañas se despegaran para poder observar lo que había a su alrededor.

Con poca suerte, falló, provocando que su cuerpo reaccionará ante ello y que su mano derecha se moviera para despejar la desesperación que sintió al no poder abrir los ojos.

La cabeza le dolía, su estómago se sentía vacío y unas náuseas insoportables provocaban que su comodidad no fuera la misma.

A falta de conciencia, Gulf se sentía asustado de no saber dónde se encontraba, con quién y el porqué.

"Tengo pesados los ojos..."

Su cuello comenzó a picar, producto de la frustración que sentía al no tener fuerza para abrir los ojos.

"Vamos Gulf, tú puedes"

Pensó, animandose sin ganas para intentar abrir los ojos.
Tomó unos minutos para él, preparándose para obtener la fuerza necesaria y abrir sus ojos con facilidad ya que estuviera listo, los cuales parecían estar sellados.

"Es hora"

Al pensarlo y decidirlo con más seguridad, sus ojos se entreabieron con suavidad, siendo penetrados al instante por la luz de una lámpara que parecía estar a su costado.
Cerró los ojos con molestia, pero la imagen borrosa en la que una figura desconocida para él habia sido alumbrada, se quedó en su mente.
Se sentía confundido al no saber de quién era esa figura.

Un dedo se deslizó por su palma, provocando que su ceño se frunciera ante la suavidad que la mano contraria desprendía.

"Este toque... es cálido "

Concordando con su pensamiento, el corazón le latió.

Gulf suspiró; una parte de él conocía el tacto de la otra persona, pero otra parte, una más fuerte y clara, sentía que debía odiar y alejar esa mano de la suya.
Sin darle importancia pero sin dejar de sentir una espina en su corazón que le decía que algo estaba mal, Kanawut intentó abrir los ojos una vez más, ahora haciéndolo más seguro y rápido.

Sus ojos hicieron reacción ante la brillante luz de la lámpara, provocando que estos se cerraran al sentir la irritación penetrar contra sus cansados orbes cafés, los cuales, antes de cerrarse, observaron la misma figura de lo que parecía ser -ahora más clara- un hombre.
U

na persona que a su costado permanecía: sosteniendo su mano con suavidad y dejando pequeñas caricias en ella, provocando con su suave y tortuoso toque, un sentimiento de tristeza en el más joven, quien sin saberlo, había comenzando a acariciar la mano contraria.


Su corazón dio un estirón al sentir más fuerte el calor contrario, creando una confusa tristeza y un potente dolor en Gulf, quien sentía el toque temeroso y caliente.

A|| MewGulfWhere stories live. Discover now