Prólogo

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Eran las doce del mediodía y el sol estaba en su punto más alto, el aire fresco entraba a través de los grandes ventanales del castillo, los niños corrían de un lado a otro en grupos, algunos jugaban con sus poderes y otros intentaban sorprender h...

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Eran las doce del mediodía y el sol estaba en su punto más alto, el aire fresco entraba a través de los grandes ventanales del castillo, los niños corrían de un lado a otro en grupos, algunos jugaban con sus poderes y otros intentaban sorprender haciendo trucos de magia. El lugar estaba desordenado, habían manchas de pintura en el piso, lápices de colores esparcidos por todos lados y el ruido más fuerte era el de las risas de los niños.

El joven entró al salón después de asegurarse de que no había ningún mago docente, pues necesitaba estar a solas con los infantes para cumplir la misión que durante mucho tiempo había estado planeando.

Los niños se detuvieron a observar al misterioso joven que caminaba con una túnica y el rostro cubierto por una capucha, él reprimió una sonrisa maquiavélica, ya que sabía que los pequeños podían verle los labios y no quería asustarlos. Finalmente se detuvo frente a la pizarra y los niños se sentaron en el piso con rapidez para contemplar al joven con sus ojos inocentes cargados de curiosidad.

—¿Quién eres? —se atrevió a preguntar una niña con el rostro rojizo por la timidez.

Él no respondió, en cambio observó directamente a la pequeña niña de cabello negro azabache que lo veía con intriga en sus grandes ojos azules, intentó reprimir otra sonrisa, ahí se encontraba su objetivo, aunque le gustaba saber que estaba frente a una versión débil e inocente de ella, nada parecido a la chica que él conocía. La niña se encogió al sentir la intensidad de la mirada de él y bajó la mirada a su regazo con las mejillas sonrojadas.

—¿Usted es el nuevo profesor? —volvió a preguntar la niña mostrándose más determinada.

—No —respondió él en un tono bajo—. Sólo soy un chico común al que le gusta contar historias.

Los niños se mostraron más interesados.

—¿Podría contarnos una historia? —preguntaron varios niños al unísono.

El joven asintió lentamente.

—¿Saben qué es Swynhall?

—¡Es nuestro mundo! —respondió un niño con emoción—. Mis padres dicen que vivimos en un universo paralelo, lejos de los humanos, Swynhall es el nombre de ese universo, el cual está conformado por tres clanes mágicos.

El chico asintió con la mejor sonrisa encantadora que pudo fingir.

—¿Y saben cuál es el origen de nuestro mundo? ¿Saben cómo se creó Swynhall?

Los niños negaron con la cabeza y entonces miraron al joven expectantes.

—Todo empezó con la diosa Apolline...

—Vivat spiritus nostrae numen Apolline —dijeron los niños al mismo tiempo mientras hacían una leve reverencia.

Él los observó con sorpresa y luego asintió.

Híbrida ©Where stories live. Discover now