Bakugo y tú - Paso a paso ||Segundo libro|| ✔️

Capítulo 32

Te aseguró que si lo sé

Cuando salí de la casa en donde se quedaba Mirio, llame a un taxi para que me llevara a los apartamentos sol brillantes. Quería ir al apartamento de Mirio para acomodar un poco mis cosas en una maleta, y poder por fin tener las llaves de mi auto y poder moverme por mi sola. Cuando llegue al apartamento, todo se veía melancólico, o tal vez yo lo sentía así por la conversación que tuve con Mirio.

Empecé a sacar mi ropa del closet, y tomé una maleta mía para guardarla ahí. Tenía mucha ropa, así que estaba intentando doblar todo bien para que cupieran las cosas de manera cómoda. Estuve así por una media hora, hasta que por fin termine. Dejé los zapatos en el apartamento ya que eso sería más difícil de meter a la maleta. Salí, y baje por el ascensor para irme del lugar. Cuando pase por la recepción, la secretaria me observo y vi una mueca triste en su rostro.

Al parecer tomó conclusiones al ver que yo llevaba una maleta conmigo. Con las llaves de mi auto abrí el baúl para meter la maleta dentro, y al final lo cerré. Me subí al carro, y me quedé mirando a la nada por un momento. Saque mi teléfono del pequeño bulto que siempre llevaba conmigo, y me metí a contactos. Cuando encontré a la persona que quería contactar, le di a llamar.

—Sonaron dos tonos cuando él atendió la llamada— ¿T/n? —fue el primero en hablar.

— Hola, Kirishima —salude.

— ¿Sucede algo? —preguntó, y sentía un poco de preocupación en su voz.

— No, no —respondí para que no se preocupara— es que, quería preguntarte algo... —baje un poco mi voz.

— Claro, dime —dijo, con su tono amable como siempre.

— ¿Sabes en donde podría estar Bakugo? —pregunte, y hubo un poco de silencio de su parte.

—Escuche un suspiro— Bueno, según lo que me contó ayer, debe estar fuera de su apartamento —fruncí un poco mis cejas.

— ¿Sucedió algo ayer? —pregunte, preocupándome un poco.

— Bakugo... —empezó, y dio una pausa— Bakugo terminó con Tokage —me quedé callada, sintiendo como el aire se salía de mis pulmones por un momento.

¿Está mal sentirme feliz?

Tengo que aceptar que me sentía un poco culpable por sentirme bien, pero es que es inevitable.

— ¿T/n? —Kirishima me llamó, y yo salí de mi pequeña burbuja.

— Perdón... es que me quedé un poco... sorprendida, eso es todo —tenía una sonrisa en mi rostro.

— T/n, no tienes que fingir, debes estar casi brincando de la alegría —no pude evitarlo y comencé a reír.

Kirishima me siguió, y rio un poco conmigo.

— Me siento un poco mal por estar tan feliz, sé que ella no la debe estar pasando bien —mi ánimo bajo un poco— igual que Mirio... —solté aire por la boca al decir eso.

— ¿Togata? —preguntó, Kirishima— un momento... ¿Togata y tú...? —dejó la pregunta en el aire.

— Yo... termine con él —dije, bajo.

— No debes sentirte mal por ser honesta con tus sentimientos, al final, eso es lo mejor para los dos —sonreí a la nada al escuchar esas palabras de Kirishima.

— Eso fue lo mismo que le dijiste a Bakugo, ¿verdad? —él soltó una pequeña risa.

— Si —respondió, y también reí un poco— pero, es hora de que te responda lo que me preguntaste al principio de esta llamada —yo lo escuchaba atenta— te enviaré por WhatsApp una ubicación, de seguro está ahí, siempre que está estresado va para allá a despejar su mente —asentí a pesar de que Kirishima no podía verme.