Capítulo 63

2.2K 119 119
                                    

Estoy agradecido contigo

Seis meses de embarazo

Era sábado y Katsuki y yo estábamos descansando. Él del trabajo y yo de mi vientre que ya estaba creciendo cada vez más. Llevaba horas acostada en el sofá viendo televisión, pero el hambre que me ataco de repente provocó que lo apagara y fuera adonde Katsuki, que estaba en la habitación recostado en la cama.

— Katsuki... —lo llame, posicionándome encima de él.

Él abrió sus ojos con lentitud y sus manos cayeron en mis muslos.

— ¿Que pasa, enana? —preguntó, dejando pequeños besos en mi rostro.

Sé que estaba cansado, pero necesitaba su ayuda.

— Tengo hambre —hice un pequeño puchero.

Él rio, pasando sus manos por mis muslos de arriba a abajo con suavidad.

— ¿Que quieres comer? —preguntó.

— Quiero hacer Katsudon —respondí, poniendo carita de perrito para que me concediera ese deseo.

Katsuki soltó aire por la boca y cerró sus ojos por un momento.

— ¿Tiene que ser hoy? —puso sus ojos en mí de nuevo.

Yo desvíe la mirada, sintiéndome egoísta.

— Si estas muy cansado, no —aclare— podemos hacer algo sencillo —añadí.

Katsuki pensó y después de unos minutos se levantó con algo de dificultad conmigo aferrada a su torso.

—Reí bajo— Katsuki, ya estoy gorda, peso más, nos vamos a caer —sentí como afianzo más el agarre.

Sus ojos miraron los míos y su rostro se acercó para poder besarme. El beso fue húmedo, me chupaba el labio inferior haciéndome jadear. Desde que quede embarazada mi libido había subido bastante y si antes con un beso ya me calentaba, ahora eso había aumentado de nivel. Sus manos sostenían mis muslos con fuerza y comenzó a caminar, aún besando mis labios con intensidad. El frío de la barra de la cocina hizo que mis pelitos se erizaran en mis piernas al Bakugo dejarme ahí. Era increíble como había podido cargarme hasta acá.

Su boca bajó a mi cuello y chupó, al final dejando una pequeña mordida. Gemí, extasiada.

Mierda, esto me está calentando demasiado.

Katsuki pasó su lengua por la misma área y amasó con una de sus manos mi seno derecho por encima de la ropa. Mordí mi labio inferior, echando mi cabeza hacia atrás sin poder evitarlo.

— Katsuki... —suspire, liberando el placer que estaba sintiendo.

Él beso mis labios de nuevo y mordió mi labio inferior con lentitud, con una sonrisa burlona dibujada en ellos.

— Mierda, haces que sienta que no te complazco, enana. Pareces necesitada —comentó.

Me sonroje y desvíe la mirada, frunciendo mis cejas para disimular la vergüenza.

— Cállate, no es mi culpa que mis hormonas estén locas —me queje.

Él rio ronco y dejó un corto beso en mis labios.

— Bien, a hacer el katsudon —se alejó de mí para buscar los ingredientes.

Yo bote aire por la poca, calmándome. Volteé mi rostro para mirar a Katsuki y al ver cómo ponía todo en la encimera mi mente viajó a hace muchos años atrás.

"— Ay, no seas tan gruñón —Bakugo me miro de mala manera y yo me acerqué a él para abrazarlo— pues... hay algo que he querido probar desde que entre a la U.A, pero no sé si tenemos todos los ingredientes para hacerlo —puse una cara pensativa.

Bakugo y tú - Paso a paso ||Segundo libro|| ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora