Capítulo 14: ¿Lo dices en serio?

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Cuando llegué a casa, pensé que no me podría quedar dormida después de todo lo que había visto y sentido, pero no supe en que momento me dormí. Durante toda la noche soñé con Kobuck y con su pasado, en mis sueños intentaba protegerlo de los engaños de Neith o advertirle sobre de ella. Al día siguiente, lleve mi mano hacía mi frente y al tocarla, la sentí llena de sudor. Lentamente abrí los ojos y me estiré un poco, la luz del sol caía de lleno sobre mi cara y fue la que me despertó, mire a mi alrededor y vi que Kobuck estaba a mi lado, sentado en el sillón, dormido. No lo escuche cuando llego a noche, así que supongo que llego muy tarde y entró en silencio y al verme dormida, simplemente se sentó para seguir cumpliendo su deber pero en algún momento también sucumbió al cansancio.

Me senté en la cama y lo mire detenidamente. Era muy joven y guapo, aparentaba tener más o menos mi edad, a pesar de estar dormido, tenía el ceño fruncido como si le molestará el sueño que estaba teniendo, tenía algunas cicatrices en su rostro qué acentuaban aún más su semblante serio y rudo, también tenía algunas en sus brazos qué parecían tatuajes y roncaba ligeramente, quizás era por la forma en la que estaba acostado pero se veía algo incómodo. El abrió sus profundos ojos negros y nuestras miradas se encontraron.

-Buenos días.- le sonreí tímidamente, mis manos comenzaron a sudar, no tenía ni idea de cómo comenzar a hablar con el.- Ayer te estuve esperando...

-Lo siento, se que no tuve que irme así, debería de disculparme.- apartó la mirada de la mía y bajo la cabeza en señal de arrepentimiento, como un cachorro regañado. No me había dado cuenta de que el cachorrito de lobo siberiano Osito, estaba dormido en sus piernas hasta que Kobuck, algo nervioso se puso a jugar con sus orejas.

-No te preocupes por eso, ya todo esta olvidado.- le hice gestos para que se sentará a mi lado en la cama. Levantó la ceja con sorpresa, pero aceptó sentarse. Con cuidado acuno al cachorrito dormido entre sus brazos y se sentó a mi lado.

-¿Qué... pasa?.- me pregunto algo tímido.

-Hable con tu madre el día de ayer... me contó todo lo que te había pasado y el porqué te portabas tan lejano desde que te enteraste que...- no sabía que decir, pero de sólo recordar, mi corazón comenzó a acelerarse y sentí que los colores se me subían a la cara.

-A veces lo que dice mi madre cambia, no es 100% exacto, así que no te hagas falsas ilusiones. Han habido dioses que se casan con personas que no estaban contemplandas.- me contestó muy cortante sin voltear a verme.

Con una sonrisa amable en mis labios, puse mis manos sobre sus mejillas, suavemente hice que me volteara a ver, acerque mi rostro al suyo y choque ligeramente mí frente con la suya, clavando mi mirada en la de él sin darle la oportunidad de escapar. Al ver mi gesto, abrió los ojos como platos, pero al parecer, mi plan funcionó, porque el tampoco podía apartar su mirada de la mía y no hizo ni el mínimo intento de separarse de mí.

-No creo que sea una ilusión, porque verdaderamente siento algo por ti. Lo reprimia sólo porque no estaba muy segura de como actuar ante ti.- le sonreí, intente ser sincera con él, así quizás se abriría un poco más.

-Yo... No quisiera que se repita lo mismo de hace años... por eso no puedo...- dijo en un sollozo y bajo la mirada, el tenía miedo de volver a entregar el corazón y que se lo rompieran en pedazos.

-Yo no me atrevería a hacerlo.- sus ojos estaban vidriosos, casi a punto de llorar, sentí como mi corazón se arrugaba de tan sólo ver el dolor en sus hermosos ojos.- lo que te hicieron fue hace mucho tiempo, ella ya no te podrá hacer daño porque yo estaré a tu lado. Y hablando de todo lo que hiciste en tu pasado pensando en que la ayudabas, eso fue un error que cometiste pero aprendiste de ellos. No creo qué lo hayas hecho por tu propia voluntad. Estabas muy enojado...

La Hija de la Luna: Flor Naciente (Primer Libro)Where stories live. Discover now