Epílogo

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Mantuvo sus ojos cerrados mientras inhalaba fuertemente la calidez y tranquilidad de aquella tarde, semi acostado en la tumbona y percibiendo la cosquilleante sensación de los rayos solares en su piel. Se centró en el sonido de las olas de mar y se sintió tan relajado que pensó que en cualquier momento podría quedarse dormido.

—¡Blo-que-a-dor! ¡Dije bloqueador, no bronceador! No pude ser más específico. —Por supuesto, uno de sus mejores amigos rompió su pequeña burbuja de relajación. Park Jimin se escuchaba eufórico.

Taehyung abrió sus ojos con un suspiro antes de ver a través de sus lentes de sol que una vez más, sus mejores amigos discutían. Yoongi caminaba hacia donde Tae se encontraba y Jimin lo seguía con pasos enojados.

—No hay diferencia. Deja de ser melodramático —respondió Yoongi con voz cansina.

—¿No hay diferencia? —jadeó el oficial—. ¿Eres imbécil o te haces para provocarme? Uno me protege del sol y el otro me deja como naranja. ¡Hay una enorme diferencia! Taehyung, ¿podrías decirle a este idiota que deje de comportarse como un idiota?

Taehyung volvió a recostar su cabeza y cerrar sus ojos.

—Ya les dije que no me metan en sus discusiones. Vayan a desahogar su estúpida tensión como mejor saben hacer.

Sin necesidad de abrir los ojos, Tae sabía que sus amigos ahora estaban totalmente enrojecidos.

Desde que Taehyung empezó a notar su extraña dinámica y la clara tensión entre esos dos (que fue prácticamente desde el inicio), Jimin y Yoongi se empeñaron en negar absolutamente cada acusación que refería a ellos dos como algo demasiado sentimental. Y cuando hace unos pocos meses Taehyung descubrió que la rara amistad de ellos había trascendido a lo físico (pues Jungkook, -gracias a dios había sido Jungkook-, los había atrapado en un momento comprometedor en otro viaje de grupo), supo que tal vez lo suyo era mucho más complicado de lo que imaginó y prefirió mantenerse al margen y dejarlos ser. Si sus mejores amigos tenían un extraño acuerdo de amistad con beneficios, bien por ellos. Si Taehyung sabía que esos dos sentían más de lo que decían, no era su lugar hacerlos entender.

Aunque en ocasiones rozaban su paciencia y solo quería gritarles que ya dejaran de ser idiotas los dos porque era demasiado obvio que estaban enamorados, por el amor de dios.

—Yo no...

—Nosotros no...

—No, no, jamás.

—Si, nunca. Pff, ¿yo con él?

Taehyung puso los ojos en blanco y se levantó de la tumbona, quitándose los lentes para mirarlos con la ceja inclinada.

—Ajá. Voy al mar. Traten de no matarse mientras tanto —dijo mientras retrocedía en la arena, esbozando una sonrisa burlona hacia ellos antes de agregar: —Hagan el amor y no la guerra, amigos míos, que ambas cosas lo han hecho bastante bien.

Antes de darles la oportunidad de negar lo obvio, Taehyung aventó sus lentes en la arena y giró para empezar a caminar hacia el mar. Sus pasos se ralentizaron en cuanto vislumbró la figura de Jeon Jungkook con un short. Solo un short.

Su corazón latió desbocado como si fuera la primera vez que lo veía y sus ojos definitivamente no lograron evitar recorrer aquel escultural cuerpo. Se mordió el labio tragándose un jadeo quejumbroso. Que Jungkook fuera un obeso por el deporte físico era tan bueno como tan tortuoso por el bendito efecto que tenía en Taehyung. Ahí estaba su chico, retirándose los mechones oscuros de su rostro mientras un perfecto y apetecible eight-pack se exponía a toda la playa. Un. Jodido. Eight-pack.

Unstoppable Addiction  ✾KookTae✾Where stories live. Discover now