Contigo hasta los confines del Universo

Capítulo 8

Anne

—¿Así que tú y Larrea son compañeros y no nos habías dicho? —dice Lucy y su pregunta me toma por sorpresa

—¿Cómo lo saben?

—Anne, los vieron besándose en la biblioteca —responde Karla

—¡¿Qué?!, ¡eso no es verdad! solo estábamos haciendo un trabajo en equipo

—Es broma Anne, relájate —dice Karla entre risas

—¡Por dios chicas! no jueguen con esas cosas

—¿Porque no nos habías dicho? —pregunta Lucy

—Solo es un compañero más, estábamos juntos porque tenemos un trabajo —Karla y Lucy se miran en complicidad —A diferencia de todas las chicas que mueren por él, a mí no me agrada en lo absoluto, es muy grosero y me cae mal

—¿Larrea? Pero si es la persona más linda que pueda existir en el mundo —comenta Lucy

—Bueno, depende con que ojos lo mires, a mí me parece demasiado arrogante

—¿No será qué te gusta? —pregunta Karla

—¡Que! claro que no —tomo mis cosas y me alejo —Tengo clase

—Anne...

—Anne no te enojes...

Mientras espero a que inicié mi cuarta clase, miro por la ventana de la escuela y veo a Christian llegar en moto con una chica, se baja, ella le da un beso y después se marcha en la motocicleta.

Cristian camina rumbo a la biblioteca, sabía a lo que iba, tenia un par de semanas que lo veía fumando, así que vuelvo mi vista a la clase.

Después de un par de horas, por fin llega a la última clase 

Me siento dónde siempre y esta vez en un abrir y cerrar de ojos tengo a Christian a mi lado sonriendo estúpidamente

—Hola

—Hola

—¿Lista para seguir conociéndonos?

—Ayer perdimos toda la clase, yo creo que ya fue suficiente, es hora de trabajar

—Ya te dije, no quiero entregar un trabajo mal elaborado, no voy a confiar en tu capacidad intelectual solo porque eres una chica "lista"

Su comentario toca una parte importante de mi orgullo y me causa molestia

—Puedo hacer el trabajo yo sola y sacar una buena nota sin tu ayuda

—Una buena nota no es suficiente, debe de ser excelente y estoy seguro que juntos lograríamos eso y más.

De alguna forma me hizo recordar a mis padres y su amenaza.

Para mi papá no debía ser solo buena así que no me queda otra más que aceptar

—De acuerdo

—Entonces sígueme

—¿A dónde?

—A la biblioteca, el ruido no me deja pensar

Me levanto y tomo mi bolso

—¿Te ayudo?

—No, gracias, puedo llevarla sola

Nuevamente caminamos a la biblioteca y nos sentamos en el mismo lugar de ayer

—De acuerdo, ¿entonces que más quieres saber?

—Creo que ya conozco suficiente de ti —le contesto