04: Cómo lanzar un balón

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—Esto es una mala idea.

Kuroo hizo un gesto para que le restara importancia y observó a su alrededor.

Los jugadores del equipo de fútbol americano corrían de un lado para el otro alrededor de la cancha mientras que él y el capitán se encontraban en el otro extremo.

—¿No deberías estar con ellos? —preguntó con el ceño levemente fruncido.

Kuroo negó. —Ser capitán tiene sus lados buenos.

—¿También tiene sus lados malos?

—Sí. —hizo una mueca—. Cuando tengo que poner la cara porque el equipo decidió robarse la mascota de otra universidad, sí. —Kenma soltó una corta risa mientras negaba. —¿Quieres saber qué vamos a hacer? —asintió—. Eres un hombre de pocas palabras, ¿eh? En fin, hoy aprenderás a cómo lanzar el balón.

—No creo que sea muy difícil... —hizo una mueca.

Parece que el comentario se sintió como un insulto hacia la madre de Kuroo por la reacción que tuvo este último.

—¿¡Cómo que no!? —preguntó indignado. Kenma lo miró confundido. —¿¡Crees que es fácil!?

—Uh... ¿sí?

—¡Pues no! Estás muy equivocado. —negó—. Y como prueba, inténtalo.

—¿Qué cosa? —preguntó Kenma en voz baja mientras Kuroo le entregaba el balón.

—Intenta tirar el balón como lo haría un jugador de fútbol americano.

El de cabeza de pudin recordó vagamente las pocas veces que había visto un partido del deporte. No solía prestarles atención, como no era fanático de la actividad física, cuando su padre veía un partido de futbol americano, él prefería quedarse a leer un libro o jugar videojuegos.

Se posicionó inútilmente y lanzó el balón. Este no llegó muy lejos de Kuroo.

—¿Ves? ¡El balón no voló porque no sabes tirarlo! —Kenma soltó un suspiro, preguntándose por qué seguía ahí. Kuroo caminó hasta tomar el objeto y volvió hacia él. —¡Te enseñaré a hacerlo! No te preocupes, ¡sé que te saldrá! —exclamó con una sonrisa mientras se colocaba a su lado. Kenma lo veía con curiosidad.

—Primero tienes que tomar el balón, de manera firme pero no fuerte. ¿Sí? —dijo mientras colocaba el balón en la mano derecha del más bajo. Kenma miró como la mano de Kuroo estaba debajo del objeto —. Ahora préstame atención porque esto es un poco difícil. La manera más común de agarrar un balón de fútbol americano es poniendo tus dedos anulares y el meñique sobre la costura. —explicó mientras dirigía los finos dedos del menor sobre encima de la costura más alta del objeto.

Kenma se mantenía en silencio, con las palabras en medio de su garganta debido a la cercanía del mariscal de campo.

—El pulgar tendrá que formar una L con el dedo índice —dijo mientras llevaba el dedo hacia más abajo. Kenma asintió—. Ahora, siempre debes procurarte que el balón quede cerca de tu oreja, así que levanta tu brazo y flexiona el otro hasta que lo sientas así. —hizo caso. —¡No, no! —exclamó con una sonrisa ladina. Kenma se quedó quieto.

—No tienes que girar tu cuerpo —soltó una risa mientras colocaba sus manos en su cintura. Kenma se sintió extraño—. Simplemente flexiona tus brazos hacia atrás. ¡Muy bien, así! —El menor asintió al haberlo hecho correctamente—. Esta parte es la más fácil... Creo.

—¿A qué te refieres? —Kenma frunció su ceño.

—¡Es casi como en el vóley! ¿Sabes jugar? —negó. Kuroo hizo una mueca—. Te enseñaré otro día. Cuando tienes que sacar... Básicamente tienes que guiar la pelota con el movimiento de tu pie. Verás, vóley tiene sus propias posiciones y todo eso pero tampoco son tan alejadas al momento de tener que lanzar el balón en fútbol americano.

—No entiendo nada... —murmuró el teñido.

—¡Lo sé, lo sé! A lo que intento llegar es que, al momento de lanzar el balón, tienes que dirigir su destino con tu pie. —pateó sin fuerza el pie izquierdo de Kenma hacia un lado—. Si está así, el balón irá para allá. ¿Entiendes? —Kenma asintió. —¡Pasa lo mismo en el vóley!

—¿Y ahora qué? —Kenma miró a Kuroo y el pelinegro negó, tomándolo de las mejillas y dirigiendo su vista hacia el goalpost. El menor hizo una mueca.

—¡Siempre la vista en el objetivo! —exclamó. Kenma rodó los ojos —. Ahora, suelta la mano que no sostiene al balón y... bájala, no nos sirve. —Kenma sonrió a la par que negaba—. Alza este brazo... —murmuró mientras lo hacía— pero siempre detrás de tu oreja.

—¿Qué tienen con las orejas en este juego? —preguntó divertido.

Kuroo rio y negó. —Tienes que recargar tu brazo hacia atrás, ¿entiendes? Es para la fuerza. —Kenma asintió—. Ahora viene la parte más importante.

—Está bien.

—Tienes que hacer algo así como... Uh... Movimiento circular. Imagínate un arco circular alrededor de ti, a la mitad de él deberás lanzar el balón. Para más fuerza, te recomiendo dar un paso y hacerlo. ¿Entendiste?

Kenma se le quedó viendo unos segundos. —Creo que sí.

—Está bien... Ahora inténtalo —murmuró alejándose.

El teñido asintió y tragó, preparándose para lanzar. Se sentía bien y realizado, seguro de sí mismo y capaz de poder lograrlo. Una pequeñísima sonrisa se formó en sus labios y tomó aire.

Lanzó el balón y...

Qué decepcionante.

¡El objeto solo había llegado un poco más lejos que la última vez!

Kenma miró con indignación al balón sobre el césped y ahogó todos sus insultos. A la mierda su orgullo y seguridad.

—Bueno... Solo te hace falta practicarlo.

Idiota Persistente | KurokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora