Moon and Sun

12

Interés inoportuno.

MOON

      En esa noche tan fría se sentía vacío.
Sentía que extrañamente le faltaba algo, o alguien.
La sensación de pesadez y soledad le trajo aquellos recuerdos que quería sepultar en el fondo del océano.
Extrañamente su cerebro relacionó dichos incesantes con su reciente descubrimiento, su verdadero y genuino dolor por que quedó en el olvido de Naruto.

Y no mentiría, se sentía bastante patético lamentarse por alguien que ni estaba seguro si realmente lo apreciaba. 

Aún no podía sacarse de la cabeza a ese muchacho y eso era todo menos agradable.

De repente imagino escenarios de él, cosas que podría estar haciendo en este momento, ¿algo malo? y, ¿en qué aspecto?
¿Que algo malo le esté ocurriendo?

Y su cabeza le jugó en contra una vez más.

Tal vez, solo lo dejó de lado, como siempre espero que ocurra.

Todo era válido.

- No, ni loco haré eso.

Se reprimió a sí mismo la ilógica idea que surgió.

Quería saber de él, hace tres semanas que no había visto algún tipo de rastro suyo y la angustia que sentía era extrañamente molesta. Ese repentino interés que mostró hacia su presencia con él lo fastidiaba.
Así que, porque no, tratar de calmar su ansiedad con una solución.

La idea de ir al palacio en busca de aquel muchacho no era del todo su agrado, ver a esa familia era tan detestable que lo hacia poner de un humor pésimo tan solo pensarlo, pero el interés tan repentino no lo dejaba en paz, jugaba con su mente e incontable posibilidades.

Seguro solo se cansó de mi comportamiento y me dejó.

¿¡Me dejo!?

Me refiero a, ya sabes, a qué dejo de venir como usualmente lo hacia, es evidente que me refiero a eso.
No se ni porqué estoy aclarando esto, es una situación ridícula.

SUN

Todo era un paso hacia la sospecha, cada acción, cada palabra, cada pensamiento, todo minuciosamente controlado en un esquema impuesto, y esto él lo sabía perfectamente.
Todo se correlacionaba a la perfección, cada detalle era un escalón más hacia la escalera que daba a aquella puerta de la verdad.

Un tanto extenso si me dejaran dar mi punto de vista.
Pero aquel joven no marcaba límite alguno en su trabajo, porqué si, era un oficio, que para la desgracia de algunos, lo convenía en exceso.

Pero él tenía un punto tan claro como el agua que emergía de la fuente.

- Es incómodo.
- Lo dices como si me importara.

Una risa sarcástica salió de sus pálidos labios, la maldad en su mirada era indescriptible, no una mirada furiosa, sino una que te gritaba en el rostro que la victoria era suya, solo suya.
Una mirada que te da escalofríos.

Para su desgracia, era su derrota.

Un más mínimo error, el más pequeño de los inconvenientes y sería un pase en exclusiva a el dolor.

Pero no había otro dolor más grande que el de haberte abandonado, cariño.

Ignorar un amor no es nada fácil, mucho menos el sentimiento de lo que es amar.
No es fácil dejar de lado tus impulsos por salir y gritarle al mundo lo que realmente sientes.