4.- La Visita

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¡Hermione! ¡Ayuda! ¡Hermione!

Todo el panorama estaba negro. Solo podía escuchar los gritos de horror de Harry.

¡Hermione!

Ahora era Ron

¡Ayuda!

Ginny.

Feliz Navidad, amor.

Hermione despertó de golpe, empapada en sudor.

Miró el reloj que estaba en su mesita de noche y se dio cuenta que a penas eran las tres de la mañana. Suspiró y se levantó para ir por un vaso de agua a la cocina.

La nieve caía lentamente en el exterior, pintando el paisaje de blanco. Hermione se quedó mirando la ventana durante algunos minutos, las farolas apenas iluminaban, pero todo lucía hermoso.

Las voces de sus amigos aún retumbaban en su cabeza, pero la que más sobresalía era la de Draco. Instintivamente se llevó la mano a su boca y tocó suavemente sus labios al recordar aquel beso que le había dado antes de partir. ¿Por qué se había sentido tan bien?

Cerró los ojos y suspiró. ¿Qué le estaba pasando? La compañía de Draco ya no se sentía tan extraña, se sentía cada vez más familiar y cálida.

Durante el tiempo que habían pasado juntos, (que era prácticamente todos los días, solamente se separaban para algunas clases) había conocido mejor al rubio y a sus amigos. Sí, eran prejuiciosos, engreídos y altaneros, pero también tenían su lado gracioso y amable... O bueno, eso era lo que Theo demostraba.

Aunque casi todo el tiempo Draco se había mostrado un poco apartado, poco a poco fue abriéndose con Hermione ahí.

Hermione recordó una vez que todos estaban platicando, Theo dijo algo gracioso y ella comenzó a reír a carcajadas. Su risa sonora con intervalos de sonidos nasales hizo que Draco riera también. Era la primera vez que lo veía sonreír de manera genuina, sin sorna o altanería.

¿Acaso lo extrañaba? Negó con la cabeza y volvió a la cama.

El picoteo de una lechuza en su ventana la despertó temprano en la mañana. Con pesadez se levantó y le abrió para tomar la carta que había en su pico y darle un bocadillo.

La hermosa lechuza de plumaje color café tenía puesto un elegante collar de color azul marino que rezaba el apellido Nott en él.

Antes de las vacaciones ella y Theo habían intercambiado direcciones para poder escribirse en vacaciones, algo que nunca pensó que haría con un Slytherin, pero, debía admitir que ahora que no se hablaba con Ronald, eso la hacía sentir menos sola. Se sentó en un pequeño sillón que había en su habitación y se dispuso a leer.

El sobre tenía un sello del mismo color que el collar de la lechuza con una N gravado en él. Con cuidado lo rompió y sacó la carta.

Mi estimada Señorita Granger.

Espero que se esté pasando unas excelentes vacaciones en su increíble páramo muggle.

Yo por lo contrario estoy pasando una muy aburrida época navideña, ya que mi hermana ha decidido pasar las fiestas con su prometido en Francia, dejándome solo y abandonado como una vieja escoba en un armario.

Debo confesarle que las cosas muggles siempre me han llamado la atención, así que me llena de entusiasmo escribirle esta carta y aún más el que usted la conteste platicándome como es celebrar Navidad y Año Nuevo rodeado de personas no mágicas y, obviamente, sin magia.

El Juego Perfecto.Where stories live. Discover now