El Juego Perfecto.

2.4.- C'est La Mort

Draco había pedido ser el guardia nocturno de los prisioneros. Su madre y su padre aceptaron pues era extraño verlo fuera de su habitación, animado y comiendo algo.

Cuando la noche llegó, Draco bajó con una pequeña mochila a su lado, cuando su madre le preguntó qué llevaba, él le contestó que libros, ya que necesitaba distraerse, pero en realidad llevaba una pequeña manta y comida para Luna.

Cuando todos se hubieron dormido, entró al sótano y sacó las cosas que traía para entregárselas a su amiga.

-Gracias -Luna sonrió y las tomó, pero el pan lo partió y lo compartió con sus compañeros de celda

-Es para ti, Luna -Susurró el rubio

-Está bien -Luna se encogió de hombros- Puedo sobrevivir con solo un pedazo de pan, además ellos también tienen hambre.

Draco no recordable lo amable y piadosa que era esta chica, suspiró y llamó a Malekith para que trajera un poco más de comida, agua y dos cafés.

-¿Sabes algo de Theo? -Preguntó la chica

Draco negó con la cabeza mientras mordía su pan.

-Antes de que se fueran quiso terminar conmigo -Luna le dio un sorbo a su café- Pero descubrí la razón y terminó contándome todo.

-¿Lo sabías?

-Sé que no lo parezco, pero soy Ravenclaw -Luna sonrió- Claro que lo sabía.

-Mierda...

-Draco, debiste confiar en Hermione

-No podía lastimarla de tal forma.

-¿Y crees que no sufrió después de que la dejaste? -Draco no respondió- No te culpo, tu misión era más peligrosa e importante que la de Theo, pero creo que Hermione tal vez podría haberte ayudado...

-Estuve a punto de aceptar lo que Dumbledore me ofrecía -Respondió- Por un momento pensé que tal vez, solo tal vez, podría decidir mi rumbo. Si eso funcionaba, podría estar con ella y tener un futuro... Yo sabía que era imposible, pero soñé con un final feliz.

-¿Y quién dice que es imposible?

-Luna, ¿acaso vives en otro planeta? -Bufó- Mira el panorama, esto se irá a la mierda y gane o pierda el señor Tenebroso, yo estoy condenado.

Luna se quedó en silencio y tomó su mano. La mano de Draco estaba llena de pequeñas heridas, como raspones. Luna alzó la ceja y Draco la retiró rápidamente.

-No tienes por qué avergonzarte -Luna levantó un poco su pantalón, mostrando heridas similares en las piernas- Yo también tengo ataques de ansiedad

Ambos terminaron de beber el café en silencio. Draco se despidió y salió con cuidado para que nadie lo viera.

Durante el día a penas y dormía.

Se levantó y comió un pedazo de pan y una manzana, después bebió más whisky.

Por la tarde llegó Blaise y se puso a beber con él.

-¿Sabes algo de Nott?

-Muy poco -Respondió- Al parecer el desgraciado fue asignado a una misión "muy especial" con uno nuevo.

-Vaya

-Ajá -Le dio un sorbo al whisky- Pero no sé donde está

-Luna me ha preguntado por él -Draco comenzó a rascarse las manos, nervioso- Al menos ahora puedo decirle que está vivo.