21. La alberca

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*La alberca*

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*La alberca*

Beth Anderson

Por la mañana despierto sobre el pecho de Leonardo me levanto con cuidado para no despertarlo, se ve tan tranquilo y relajado, su cabello le queda despeinado muevo mechones de su pelo y paso mi dedo por su rostro hasta llegar a sus labios y tocarlos

Basta, Beth que estás pensando

Voy directo al baño me ducho rápido y me envuelvo en una bata y salgo a buscar la ropa en la maleta saco un lindo vestido veraniego color azul repleto de flores y corto para cuando me voy a quitar la toalla del cabello Leo se sienta sobre la cama y me observa atento

—Qué bonita

Le sonrió a través del espejo sin dejar de sacudir mi cabello entre la toalla

—Pensé que el que se levantaría primero serías tu

—Pues andaba cansado creo

Le miro sonriente y termino de peinarme él se levanta al baño mientras yo me maquillo solo un poco pues solo andaré aquí en casa

El sale del baño solo con unos pantalones puestos, dejando al descubierto su abdomen marcado lo veo por el espejo moverse y buscar alguna playera, pero saca una camisa manga corta color blanco mis ojos vagan por todo su cuerpo mientras él se cambia empieza a abrochar su camisa y luego se gira hacia mí que abro los ojos y me pongo a guardar lo último mientras escucho su risa detrás

—Estas muy roja conejita

—No es verdad

Miro mi rostro y sí que estoy roja él me sonríe y se acerca a mí puedo sentir su perfume detrás de mi estoy apoyando mis manos sobre el tocador mientras miro hacia abajo el levanta mi rostro para que pueda verme en el junto a él, mueve su mano y la mueve por mi cintura puede notarse la diferencia de estatura entre nosotros

—Puedo sentir tus nervios

Mi respiración se acelera no sé qué pensar mi cabeza vaga a otros pensamientos con solo tenerlo pegado a mi cuerpo, no debería pensar estas cosas, es una relación falsa, pero ya nos besamos y además de eso también nos tocamos algo que supongo que no sería si sintiéramos una relación entonces no entiendo que somos en realidad tal vez solo estoy alucinando y esto no es nada y es normal

Empiezo a sentir la respiración de Leo pasar por mis hombros mientras sube, inclinó mi cuello para darle más acceso a mi piel lo miro sonreír y eso me pone más de los nervios y con su otra mano la tiene en mi brazo

Mi celular interrumpe esto y reacciono al instante me separo y voy hacia él es Alicia quien llama, no sé por qué me molesta que me llamara e interrumpiera no quiero pensar que me gusta aunque esa idea ronda por mi cabeza

—¿Si?

—Beth, Derek está muy raro, actúa nervioso cerca de mí

—¿Para eso me llamabas?

—¡Oye! Es una emergencia

—Estaba en medio de algo

—haz espacio para tu amiga unos momentos, creo que Derek me engaña

—No lo creo

—¡Que sí! Es muy extraña su actitud...

Hago una mueca y sigo escuchando todo su relajo mientras Leo me mira desde el tocador atento a mis gestos, se dirige a mí y toda mi expresión cambia a una confusa que cree que hace, me quita el teléfono y se lo pone en el oído

—Disculpa, estábamos ocupados llámala después o espera a que regrese

Sin más le cuelga la llamada y me lo devuelve

—¿Qué haces?

—Ayudarte, pude notar que estabas molesta, tu humor cambio al escucharla

—Cree que Derek la engaña

—Esta demente, quiere pedirle matrimonio

Su respuesta me deja perpleja

—¿Matrimonio?

—Si

—¿Y así de normal lo dices?

—¿Quieres que actúe como si hubiera ganado un premio?

—Bueno no

Pasamos otro rato en el cuarto, donde él me puso en la misma posición que antes y nos tomamos fotos en el espejo de esa habitación, yo la postee en Instagram con su permiso claro y arreglamos el cochinero de aquí

Salimos ya casi a la una de la tarde no desayunamos, aunque dormimos hasta las 10 de la mañana tardamos más arreglándonos y cambiándonos para salir

En la sala nuestros padres están hablando y nosotros solo llegamos con ellos Leo se posó en el sofá y yo en el brazo del sofá con mi piernas pasando sobre las suyas poniendo el su mano en ella

No entiendo cómo mis padres no se molestan o dicen nada sobre este comportamiento de nosotros tal vez ya quieren que me casé con alguien

—¿Planean salir?

Leo y yo nos miramos y nos escogimos de hombros

—Ustedes son tan iguales

—Igual de testarudos

—Tercos

—Orgullosos

—Poco sociables

—¡YA!

Ellos se soltaron riendo y yo rodé los ojos, al final me senté con un libro en una de esas sillas playeras con el respaldo inclinado

—¿Qué lees?

—El principito, uno de mis libros favoritos

—El mío igual, mi abuelo me lo leía cuando tenía pesadillas

Lo dejo a un lado y me siento hacia un lado para mirarlo y él me sonríe, se me abalanza sobre mí y me rodea entre sus brazos, pensé que sería un abrazo, pero eso solo duró segundos, me levanto y me llevo a la orilla de la alberca

—¿Ni se te ocurra?

Él me acerca a un más y yo me aferro a él cuello de su camisa

—Bien

Él se gira para llevarme de vuelta a la silla y yo me libero de mi agarre pero eso cambia cuando él me avienta en la alberca, el agua helada me eriza la piel puedo ver como sonríe cuando salgo a la superficie y en mi se forma una sonrisa malvada, empiezo a fingir ahogarme y su risa para y empieza a gritarme me quiero reír y no puedo

Él se avienta y me levanta en los brazos y le sonrió el me mira sin entenderme y suelto una carcajada

—¿Enserio creíste que me estaba ahogando?

—¿No te ahogabas? Parecías estarte ahogando

—Si esa fue mi venganza a esto que me hiciste

El hace una mueca que me hace reír, nuestros padres aparecen frente a nosotros sin entender que nos pasa

—¿Por qué se meten a la alberca con esa ropa?

—¿Qué les paso?

Ambos no escogemos de hombros y luego contestamos —Nos caímos

—Traeré unas toallas

Mi madre y la de Leo se fueron se fueron por toallas mientras él y yo salíamos él se quitó la camisa ya que la traía pegada a su cuerpo y yo que traía ha pegado el vestido ahora está más pegado por el agua

Llegan nuestras madres y nos dan las toallas yo me la pongo por encima de los hombros mientras él se seca el pecho y el cabello sus ojos azules resaltan con su piel blanca y su cabello negro, mojado es más llamativo, espero nadie más lo vea de esa manera, pues ahora el tiene una dueña y esa soy yo

Estupido MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora