Sherlock Taylor Holmes -II parte-

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5:31 pm

- Fai yo.. -volteé asustada, dirigiéndome hacia dónde provenía su voz.

- Tay, ¿estas asustada? -frunció el ceño, volviendo a esa vocecita que conozco.

- No.. Tú no me asustas. -me puse rígida- yo.. Venía a disculparme.

< ¡Rayos! él podía cambiar de asesino en serie a dulce conejito en un segundo. >

- Eres tan predecible, chispita -sonrió.

- Pf, no lo soy mentita -hice una mueca sarcástica- ¿estas bien? -me puse seria.

- Si. -dijo fríamente.

- Faiver, yo realmente lo lamen..

- Sh, no trates de excusarte ¿si? -se acercó demasiado a mi.

- Y-yo.. E-es que yo -me trabé.

- Tu nada. -me miró demasiado serio para mi gusto- no somos nada.

< ¡Oh! ¿Escuchan eso? Sep, seguro fue mi corazón partiéndose en mil. Bueno, no.. O sea me refiero a que ni siquiera me dijo SOMOS AMIGOS, ME PREOCUPO POR TI. Ese NADA fue el que dolió. Creí que éramos amigos. No esperaba celos por parte de él.. Obviamente no. >

- Sep. En lo absoluto, NA.DA. -traté de poner la mejor sonrisa. Fallé.

- A menos que quieras que lo seamos Tay.. -sentí su olor a menta, rozaba su nariz con la mía.

- No hueles a tabaco.. -dije cambiándole por completo el incómodo tema.

- Desde que te conozco no he podido fumar un cigarro por completo. -tragué saliva- Me he vuelto adicto a los chicles de menta, y amo que inhales mi aliento cuando me acerco mucho a ti.

< De hecho no me había dado cuenta de que lo hacía hasta que exhalé >

- Es mentira. ¿Qué hay con las colillas que dejabas por ahí? -me alejé ligeramente, éste era un tema que no me agradaba tocar.

- Caminaba con el cigarrillo en la mano para que se desgastara y sólo dejara la colilla, si te hubieras fijado en alguna te darías cuenta que no tiene la marca amarilla tirando a marrón que deja la nicotina al salir del cigarrillo. -alzó la ceja derecha.

- Si lo sabía. -bufé.

- Entonces también debes saber las ganas que tengo de besarte ahora ¿no? -miró mis labios- quiero quitarte los besos que te dio ese tipo. -puso su labios en una rígida línea.

- Faiver, Él..

- No significa nada para ti. Lo sé -me sorprendió escuchar las palabras que tenía por decirle proviniendo de sus labios- sé que me quieres, pero no lo aceptas. Por temor a que yo te haga daño Tay.

- Y-yo.. -aguanté las lágrimas, hoy estaba demasiado sensible, las cosas habían dado un giro que no esperaba y yo no sabía que decirle. Pero de algo estoy segura.. Realmente lo quiero. No sé si como amigo, o lo que sea, pero lo quiero cerca.

- Taylor, sé que no lo quieres. Si lo quisieras no estarías aquí. Mirando mis labios y pensando en mi -mi estómago estaba lleno de gases ahora más que nunca, estúpidos gases repentinos.- Tay.. -tomó mis mejillas entre sus manos- hemos pasado más cosas, de las que podrías haber pasado con ese.

- Se llama Rafael. -dije en un susurro.

- No merece que lo llame por su nombre si es que besó a la chica que me gusta. -me miró fijamente- Taylor Alvarado, me gustas más de lo que alguna vez me pudo haber gustado una chica. -derramé una lagrimilla, ¿esto es.. Felicidad?

Desde lo más profundo de tu coñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora