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- Oooh todos se ven intimidantes. -Susurrabas mientras veias llegar a más personas con uniformes extraños.
- No te preocupes, son tranquilos. -Nahoya sonreía mientras Souya no soltaba tu mano en ningún momento.
Estabas en casa de Souya cuando su hermano dijo que tenían que salir a una "reunión", y sin pensarlo Nahoya te sacó de la casa para que los acompañaras bajo las quejas del peliazul.
Un grupo de chicos se acercó a los gemelos mientras tú tratabas de reconocerlos.
- Angry, no deberías traer a tu novia a estos lugares. -El peliplateado negaba su cabeza.
- Yo no la invite, fue él. -Señalo molesto a su hermana que soñó reía.
- Cómo no invitarla, deberíamos reclutarla, ¿sabían que Ran lejos tiene miedo? .- Nahoya hablaba emocionado, mientras los demás reían ante sus palabras.
- Eso suena interesante, necesitamos alguien intimidante en nuestro equipo. -Un chico rubio y de baja estatura te miraba con una sonrisa.
- Hola soy Dory y nunca he comido un pez, oh bueno, nunca he estado en una pelea. -Sonreíste tímidamente.
- Eso suena a mentira. -Una voz conocida te asusto haciendo que te escondieras entre la chaqueta de Souya.
- Ten cuidado Ran, ya tenemos nuestro as para derrotarte. -El alto con tatuaje en la cabeza reía.
- ¿Darling? ¿Qué haces aquí? -Rindou se acercó molesto hacia los dos.
- Fue Nahoya. -Ambos lo miraron asustados.
- No, tu no tienes que entrar a este mundo, te vas a tu casa. -Rindou te separaba de Souya.
- Pero es tarde, y no quiero irme sola. -Lo miraste con un puchero mientras te colgabas a su cuello.
- Mierda. -Susurro a lo que sonreiste.
Fue así como terminaste en medio de Souya y Rindou, sin entender nada de lo que discutían, pero feliz de conocer otra parte de ellos, sin mencionar el cambio de personalidad que tuvieron en ese momento, ambos se veian serios y concentrados, pero a la vez no dejaban de hacerte mimos disimulados.
Al termino de la reunión se dirigieron A la casa del más alto, quien seguía molesto por la "falta de responsabilidad" de Souya, y el rompimiento de la promesa de nunca involucrarte a ese mundo oscuro.
- No me mires así... -Souya lo miraba con un puchero.
- Bebé no te enojes. -Te recostaste en su pecho mientras lo mirabas.
Los tres se encontraban en la cama del más alto, siendo él quien se encontraba en medio.
- Son una molestia cuando se portan así. -Susurro atrayendolos hacia él y abrazandolos fuerte.- Solo no quiero que les pase nada malo.
Beso la frente de cada uno mientras ustedes sonreían victoriosos.
- También te amamos Rin. -Souya y tú sonrieron mientras llenaban de besos al rubio haciendolo reír.
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