𝐿𝑜𝑣𝑒 𝐿𝑒𝑒 (𝐿𝑜𝑣𝑒𝑙𝑦) / 𝐻𝑎𝑒𝑟𝑖𝑛 - 𝐻𝑦𝑒𝑖𝑛/𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑎/

삼 - 3

—Capitulo Tres—

Tensó fuertemente su mandíbula al oír las palabras que aquellos desconocidos soltaban sin parar, sus manos temblaban ligeramente dentro de los bolsillos de su pantalón y había perdido la cuenta de las veces que pidió que le dejaran en paz sin éxito alguno.

—No es de su incumbencia saber que tipo de lazo tengo con ella. — Murmuró con un tono mordaz, sin embargo ni eso logro que los adversos se dispersaran.— Les pido, amablemente, que me dejen tranquila. —

—Solo debes decirnos que eres de Kang Haerin, ella rechaza a cualquier alfa o beta que se le acerque de forma romántica, pero a ti, a ti te mira con un brillo en sus orbes que jamás habíamos visto. — Murmuró uno de los chicos que se empeñaban en no dejar de invadir su espacio personal. — Además, eres apenas una cachorra, ¿Cómo es que ella te eligió a ti de entre todos sus demás pretendientes? — Aquellas últimas palabras las dijo mientras señalaba a su grupo de amigos.

Hyein rodó los ojos con fastidio antes de hablar. — ¿Que te hace creer que ella elegirá a uno de ustedes? — Cuestionó dando un paso hacia adelante. — Si no pudiste conquistarla antes de mi llegada, ¿Que te hace creer que podrás ahora que yo estoy aquí?, ¿Tanto les hiere que una cachorra como yo tenga el afecto de una linda chica como lo es ella? —

El silencio que reinó le hizo sonreír, y sin más se fue dejando a una bola de alumnos con el coraje de haber sido humillados por una chachorra.

—Hola Unnie. — Su saludo vino acompañado de un beso en la frente de la omega. —¿Cómo te fue hoy? — Habló al tiempo en que retiraba con cuidado la mochila del hombro ajeno.

—Hoy fue un día bastante ajetreado. — Respondió Haerin dejando que la más alta tomase su mano para después sentir como la menor entrelaza sus dedos.

Durante el camino a la casa de la mayor, Hyein escuchó atentamente todo lo que Haerin hizo durante el día, a la joven alfa le encantaba oír cualquier cosa que la omega dijera, incluso si eran datos random que muy probablemente no le servirían de nada.

—Quiero que conozcas a mis amigas. — Hyein sintió doler su cuello de lo excesivamente rápido que volteo al oír eso. —Hyein-ah, ten mas cuidado. — Pidio la mayor sobando ligeramente la parte trasera del cuello de la menor.

—No dolió. — Susurró la castaña sintiendo el cálido tacto de la adversa sobre su piel.—Esta bien, si dolió. — Confesó ante la mirada incrédula de la omega.

—Ellas quieren conocer a mi alfa. — Los párpados de la castaña-rubia se abrieron de golpe al oír un crujido venir del cuello de la más alta. —¡Ten más cuidado Lee Hyein!—

—¡Es que has dicho que soy tu alfa! — Una sonrisa floreció en el rostro de la coreana menor. — ¡Oh por dios!, ¡Soy tu alfa! —

La omega solo pudo rodar los ojos ante la situación, a veces la menor era sorprendentemente lista y otras veces era muy despistada, la mayor concordó que esos dos lados eran parte del encanto de la alfa.