𝐿𝑜𝑣𝑒 𝐿𝑒𝑒 (𝐿𝑜𝑣𝑒𝑙𝑦) / 𝐻𝑎𝑒𝑟𝑖𝑛 - 𝐻𝑦𝑒𝑖𝑛/𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑎/

오 - 5

—Capitulo Cinco—

Respira, ellos no te harán nada.  — Pensó la joven alfa sin dejar de observar el suelo, podía sentir como su corazón latía con fuerza debido a los nervios de estar frente a la casa de su Omega.

Soltó el aire que estaba reteniendo antes de tocar el timbre de la casa, el sonido inundó el entorno antes silencioso.

—Hola Hyein-ie. — La voz perteneciente a su cuñado le hizo salir de su ensoñación. — ¿Tienes permitido estar aquí? —

—Solo quiero verla, no planeo hacer nada incluso si ella me lo pide. — Habló la alfa menor sintiendo su agitada respiración. — Le he traído un par de cosas, ¿Me dejarías dárselas? —

El muchacho frente a ella le miró sin estar del todo seguro de lo que estaba por hacer. —Estaré con ustedes, ¿Te parece? — Era la única forma de que nada se saliera de control y eso la castaña lo sabía a la perfección.

—Estoy de acuerdo Oppa. —

HyeIn se adentro a la casa siendo seguida por el mayor hacia la habitación de la Omega, podía sentir que el chico se encontraba en un estado de alerta y eso lograba hacerle sentir inquieta.

—Haerin-ah, alguien vino a verte. — El joven alfa entreabrió la puerta de la habitación perteneciente a su hermana menor. — Vamos a entrar. — Avisó al tiempo en que entraba al lugar siendo seguido por la castaña.

El corazón de la menor empezó a latir desenfrenadamente al sentir el fuerte aroma a vainilla impregnado en toda la habitación. Sus orbes observaron cuidadosamente el lugar hasta dar con la figura de su novia;Haerin se encontraba dormida siendo tapada por un par de edredones, aquello explicaba su falta de respuesta.

—Estaré en el pasillo pero dejaré la puerta abierta. — La menor asintió ante la advertencia no dicha del pelirrojo.

Lee inhaló y exhaló un par de veces antes de tomar asiento en la silla del escritorio perteneciente a la castaña-rubia, y tragó fuertemente ante el tan atrayente aroma que le rodeaba. El olor a vainilla perteneciente a la Omega era, usualmente, algo débil, sin embargo en ese momento se podía percibir totalmente por el celo.

Empezó a sacar las cosas que había traído para su Omega tratando de no moverse bruscamente, no deseaba que la mayor se despertase porque después sería más difícil irse de ahí.

—Seonwoo-yah. — Susurró esperando que el adverso lograse oírla.

—¿Qué pasó? — Cuestionó el pelirrojo entrando a la habitación.

—¿Podrías pasarme esa libreta y algo para escribir? — El alfa asintió antes de tomar lo que su menor le había señalado, la chica parecía demasiado ocupada. — Gracias Oppa. —

El mayor solo sonrió débilmente para después salir al pasillo y tomar asiento en el suelo.

—Listo. — Murmuró la menor saliendo de la habitación y cerrando la puerta tras ella. — ¿Puedo regresar en dos días? —

—Si, pero igualmente estaré con ustedes. — Mencionó Seonwoo antes de empezar a bajar las escaleras.

—Gracias Oppa. — Se despidió HyeIn antes de salir corriendo directo al auto que le esperaba.

El joven pelirrojo solo pudo sonreír ante las acciones de la menor, aquella alfa era una cachorra pero era digna de su hermana menor.

Con curiosidad se dirigió nuevamente hacia la habitación de su hermana solo para ver qué el escritorio de la Omega se encontraba repleto de pequeñas bolsas de dulces, chocolates, un par de pastillas para el dolor y por si acaso unos cuantos supresores, además la pequeña alfa se había dado a la tarea de llevar un par de suéteres y playeras con su aroma impregnado para que la castaña-rubia las usará durante esos días, todo esto venía acompañado de una pequeña nota, la cual no leyó.

Y después de haber comprobado que la Omega seguía dormida tomó una bolsa de dulces, después de todo se había arriesgado a dejar entrar a HyeIn sin el permiso de sus padres.

Importante: ¿Que les parece hasta ahora la historia?, por cierto, esto NO tendrá escenas +18.