Capítulo 22

50 11 0
                                    

Boris se encontraba en crisis, debido a tanta comodidad que tuvo la reina, quién minutos atrás estaba bebiendo con su hermano mayor, el rey de Govan, su ciudad natal. El ojiverde estaba cargando en sus brazos a la reina quién por el alcohol no podía siquiera caminar, además estaba muy parlanchina, parecía que el alcohol había inhibido la prudencia y seriedad con la que solía portar.

Boris abrió como pudo el alcohol de invitados que le había asignado esa misma mañana a y dejó caer lentamente a la reina en la acolchonada cama para que pudiese descansar. Boris al alejarse a sentarse para dormir sentado mientras vigilaba a la reina, no pudo hacerlo, ya que la reina tomó su camisa y lo detuvo.

—No te vayas Boris—. Él se quedó muy sorprendido al escuchar a la reina decir su nombre en ese estado—. Quédate.

—Majestad, aquí estoy—. Le respondió él mientras se colocaba en cuclillas y podía sentir el alcohol en el aliento de la Reina—. ¿Necesita algo?

—Ojalá así fuese todos los días—. Comenzó a hablar la reina sin ningún tipo de filtro en su mente—. Despertarme sin ninguna preocupación, solo desayunar y pasármela con mi familia, disfrutar el resto del día, reírme de esta forma y simplemente ser feliz.

—¿Y no lo es?—. Le preguntó Boris mientras la reina negaba rotundamente con un descoordinado no, que era notable por el alcohol que había consumido.

—Jamás conocí el amor, enamorarme de alguien, al punto de anhelar, ni desear a alguien, jamás pude, y siento que me he quedado sin algo que no viví—. Le dijo la reina a Boris quién solo le miraba; mientras se compadeció de ella—. En mi día a día solo veo más trabajo, a excepción de estos días, pero pronto volveré a ello.

—¿Se arrepiente de su vida reina?—. le preguntó Boris mientras la reina se tardaba en responderle, por lo que él puntualizó más su pregunta—. ¿O solo en algunos aspectos?

—Lo único que no me arrepiento son mis hijos y de mi infancia—. Dijo la reina que hablaba con elocuencia—. Pero todo lo demás perfectamente lo podría cambiar sin pensarlo, me dedico a viajar en nombre del rey Arthur, ya que él prefiere evitarlo y quedarse siempre en la capital con sus amantes, cuando yo regreso de mis viajes ni siquiera es prudente y tengo que regresar a trabajar en el papeleo que me corresponde como reina, porque es un inútil conformista.

—Pero incluso él conquistó Dalriada—. Ante lo dicho , la Reina Laura se rio, dejando a Boris confundido por aquella risa escandalosa que la mujer había soltado.

—Él no conquistó nada, esos fueron ustedes, ustedes hicieron el trabajo sucio que le correspondía a él, no se le pudo acusar de traición ante el tratado de paz que tenían ya que usuarios del propio país lo asesinaron, por lo que se le catalogó como un problema interno y que casualmente cuando hicieron las fusiones de las casas, se les declaró una nueva casa noble, el rey puede ser un inútil, pero no es tonto.

Boris se quedó reflexionando ante las palabras que estaba diciendo la reina quién siguió hablando, incluso si tenía razón, podía haber algún soberano que investíguese de la situación, y fácilmente el reino de Prilev se viese involucrado y los principales culpables serían los Sloras, pero inclusive con eso, las fuerzas de Prilev no eran pocas, además si incluso si el rey los veía como simples herramientas, les había prometido seguridad al ser parte de sus casas nobles.

—En ese caso deberíamos probar cosas distintas mi reina—. Le dijo Boris mientras la reina le escuchaba atentamente—. Cualquier cosa que usted desee yo la cumpliré, para que no se sienta tan desdichada.

—Quizás me arrepienta en la mañana—. La reina pasó de una posición acostada a sentarse y acercarse a su guardaespaldas quién la miraba con sorpresa y tomó su rostro—. Jamás tuve un beso con alguien que no fuese Arthur.

SlorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora