᩠░⃟⃜🧸20

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La sangre se le había congelado, por alguna razón tenía miedo, hacía mucho que no estaba en un campo tan arriesgado como la casa con extra protección y seguridad de un político tan importante.

—Bien, ¿Sabes qué hacer? —la voz impaciente de Johnny dejaba en claro el sentimiento, quería rescatar al chico dentro a toda costa.

—Sí, tranquilízate, atacaré el sistema de seguridad desde aquí, tu mientras rodeas la casa, encuentras una entrada y posible salida, esperas mi señal y entras —con tranquilidad explicó su plan, era corto, pero requería de suma perfección—. Si algo sale mal, tu y yo, inclusive tu novio, terminaremos con una bala en la cabeza.

—Lo sé... Toma. —de su bolsillo sacó un arma, a simple vista se veía lo buena que podía ser— La necesitarás en caso de algo.

—¿Y tú?

Sin decir nada levantó su polera dejando ver el arma atrapada entre su pantalón y su abdomen. Ninguno articuló más palabras y esa fue la señal para que el plan fuese ejecutado. Yuta sabía bien que en un lugar como ese debía de haber un guardia que vigilara cámaras, o bueno, su lógica le decía que debería de haberlo. Sin moverse de su escondite entre unos arbustos, sacó su celular y desde allí comenzó a teclear diferentes cosas, si estaba en lo cierto y la suerte estaba de su lado también —aunque esto implicase confiar mucho en el azar— el dispositivo encontrado debía de ser el gestor de seguridad y, por ende, el link con virus debía de ser abierto en solo uno o dos minutos. Mientras esto era enviado con un mensaje simple y que se veía sumamente indefenso, por primera vez en su vida intentó rezar, pero su poca fe en Dios no se lo permitió.

«El sistema requiere de una actualización» ese había sido el mensaje enviado acompañado del virus, si el guardia no era el encargado del sistema en sí y solo lo tenían allí para vigilar por las cámaras, lo abriría ingenuamente.

Pero no había sido así. El link había sido rechazado y la notificación dejó a Yuta con los ojos muy abiertos y una gota de sangre corriendo desde su labio inferior por haberlo mordido tan fuerte.

—Mierda... —fue lo único que logró articular cuando todo se vino abajo con lo primordial de todo el plan— Mierda, mierda, ¡mierda!

Su frustración lo hacía pensar con rapidez y con esto sus sentidos se paralizaron un momento, su mente recordó a Mark y con rabia pensó en qué momento se le había ocurrido aceptar algo así.

El sistema no podría ser atacado desde fuera, debía entrar para desactivar al menos la seguridad del segundo piso y así darle la entrada a Johnny. Era ridículo si lo pensaba, no sabía cuánto ruido haría en el primer piso, y si lograba activar alguna alarma en este mismo no serviría de nada desactivar alguna alarma en el segundo piso. Pero entre más lo pensaba, más sentido le hacía, siempre había un punto ciego, un lugar por el cual el sistema de seguridad, ya fuesen alarmas o cámaras, no lograba llegar, y por medio de este podían escurrirse para entrar.

Sin perder más tiempo corrió fuera de los arbustos, con sumo cuidado de no ser visto por alguna cámara, trató de ir por el máximo de puntos ciegos que pudo. Y lo logró, en menos de un minuto estaba junto a Johnny, siendo observado con tanta extrañeza por el contrario que se preguntaba si tenía algún aspecto particular.

—¿Qué se supone que pasó con tu plan?

—Salió mal, necesito entrar para desactivar todo desde dentro —no faltaba que Johnny dijera algo, su cara demostraba el horror que sentía ante su nuevo plan—. Lo sé, pensé exactamente lo mismo que estás pensando tu ahora, pero piénsalo, hay puntos ciegos, algunos en donde no hay seguridad y pueda meterme por ahí.

—¿Quién te asegura que el control de la seguridad se hace desde el primer piso?

—Dios si es que existe —y sin darle tiempo a decir algo, se paró del suelo e intentó buscar la dichosa entrada por detrás de la casa.

Johnny asintió un poco confundido y solo atinó a ir detrás de él, confiando en que sabría qué hacer.

Yuta conocía bien los lugares más usuales en los cuales no debería de haber seguridad, el más común era la cocina y esta misma estaba usualmente en la parte de atrás, no sabía por qué, pero siempre cuando un diseñador planeaba una casa para una persona sumamente millonaria, la ponía en la parte trasera de la casa. Lo que debía descubrir ahora era el lugar de la pared por donde la electricidad no llegara en el alambre de púas que estaba justo sobre el gran muro y, por supuesto, también tenía que idear como treparlo sin llamar la atención de alguna cámara. Su experiencia entrando a casas y matando a sus integrantes era de años, aunque la última vez que había hecho algo así había sido una tragedia en su propia vida.

En la oscuridad de la noche, el japonés se camuflo con esta misma y mentalmente se preparó para hacerlo todo bien y salir vivo o fallar en algo y morir esa misma noche.

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Estaba oscuro, pero Mark no quería moverse de la sala de estar. Su mente estaba al borde de un colapso, y ya había sufrido un ataque de pánico por la respuesta a su pregunta. «Yuta, hace 14 años... ¿Vivía en Canadá?», él mismo había preguntado, pero ahora se arrepentía, prefería seguir en la ignorancia, hubiese preferido continuar con su odio hacia Yuta.

En contra de lo que el japonés le había ordenado, sacó las fotos que había encontrado hacía algunos días. Estaban escondidas en el cajón de la cómoda, en la parte en la que Yuta dormía ahora.

—Mark, es tarde, deberías descansar un poco... Yo... —Sicheng que había aparecido por el pequeño pasillo que llevaba a las habitaciones, estaba parado mordiéndose el labio inferior con nerviosismo— En verdad no debería de haber dicho nada...

—Fue mejor, así abro los ojos de una vez —su voz salió en un hilo fino por el llanto que había llevado por varias horas.

—Yuta siempre hablaba de ti, él te quiere mucho... Estoy seguro de que-

—¡¿Entonces por qué mató a mis padres?! —la rabia con la que había gritado hizo que el chino retrocediera con miedo— ¿Por qué, si mis padres lo querían tanto, él los mató?

Nuevas lágrimas cayeron con fuerza de sus ojos, mojando las fotos que sostenía en las manos, una era la que le había sacado a Yuta y otra era una que él tenía, pero que no había recordado hasta el momento de que Sicheng le dijera la verdad: «Sí, cuando llegó venía de Canadá y dijo tenía 12 años». No había más que preguntar, sus propias deducciones sumado a las similitudes que tenía el rostro de Yuta con el rostro de Yuu eran claras: eran una misma persona. Y no sabía cómo sentirse, tal vez traicionado, estúpido y por supuesto, devastado.

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—Maldita sea —la exclamación salió de la boca de Yuta teñida de dolor por la bala en uno de sus costados.

El plan había salido muy mal, al menos habían logrado rescatar al tailandés y ahora este se encontraba con Johnny tratando de salir de la casa, mientras el japonés intentaba lo mismo, pero ahora con más dificultad.

Todo a su alrededor se volvía solo una masa confusa de volumen, sus oídos se habían tapado y el dolor no lo dejaba ver con claridad, solo sentía como un hombre lo golpeaba repetidas veces en la cara. Y al final era jalado de un brazo y obligado a caminar, o más bien correr.

᩠░⃟⃜🧸
Hola buenas! Uy este capítulo... Este capítulo para mí estuvo bueno y me sacó más de un infarto escribirlo.

Espero que les haya gustado, ¿Ya se van aclarando algunas cosas? ¿Les gustó?

¿Creen que Mark enfrente a Yuta? ¿Y cómo creen que lo haga? Díganme uwu

Sin más que decir y esperando que les haya gustado, me despido <3 nos leemos en otra actualización!

Dark Stalker - [YuMark] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora