᩠░⃟⃜🧸27

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Mark sentía que en cualquier momento su corazón saldría disparado por su boca, la adrenalina nunca había sido su amiga, sinceramente detestaba la sensación de inseguridad, pero ahí estaba, buscando entre todas las pertenencia (muy pocas en realidad) del japonés. Para su mala suerte no podía encontrar el computador en el lugar donde estaba buscando, así que recorrió con la mirada la habitación, pensando con cuidado en donde podía haberlo escondido. Su mirada fue a parar a una silla que estaba en su cuarto, seguramente traída por Yuta, en ella había un polerón y una billetera, lo único malo era que estaba justo al lado del lugar en donde este dormía.

Lo pensó un minuto, luego dos, tal vez tres, pero como si algo divino hubiese escuchado sus plegarias el japonés se dio la vuelta y quedó de espaldas a la silla. Sin dudarlo aprovechó la oportunidad y levantó la prenda de ropa junto con la billetera, encontrando el computador que ya había visto antes. Todo esto lo llevó consigo a la sala de estar, para poder revisar sin tanto miedo, o al menos lograr engañar a su mente con esto.

password... Shit —maldijo una vez que encendió el aparato, no tenía idea de qué contraseña podría tener alguien como Yuta— Mark Lee you dumbass

La primera vez que lo revisó no tenía contraseña. Trató de pensar en algunas opciones, pero nada se le venía a la mente. Se le estaban acabando las esperanzas de poder revisar el computador ajeno, sin embargo intentó encontrar algo de ayuda en la billetera. Una identificación era lo que más saltaba a la vista, la cara de Yuta estaba en el documento, su rostro completamente serio y su pelo cortado pulcramente.

—Nakamoto Yuta —leyó para sí mismo, verificando en su memoria que de verdad el japonés no había cambiado su nombre por otro para intentar esconderse, la pregunta evidente era por qué— 1995...

De pronto una idea vino a su cabeza, pero era casi imposible de que esa fuera la clave. Intentó poner el año de nacimiento de Yuta, era demasiado corto, pero lo intento de todas formas.

Clave incorrecta

Evidentemente, pensó. No podía ser tan fácil.

Siguió revisando la billetera y se encontró con una pequeña bolsa transparente, de plástico, cuyo contenido eran unos mini papeles de colores, como si fuesen pegatinas o calcomanías, algo bastante extraño para un hombre adulto. Tal vez era algún pasatiempo de Yuta coleccionar esos pequeños sellos, de todas formas no le dejaban ninguna pista sobre la contraseña del japonés.

—Esto es frustrante —con poco cuidado tiró la cartera a un lado y siguió observando el fondo de bloqueo del computadora en sus piernas.

Debía haber algo importante que sirviera como contraseña, algún recuerdo, nombre, dirección. Sabía que su año de nacimiento no era y no sabía que tan importante era la fecha de cumpleaños.

Su frustración no lo abandonaba, de a poco comenzaba a ser un sentimiento constante en él, no le gustaba, lo detestaba... Se detestaba a él mismo, había parado de tener esos pensamientos, pero volver a tener su pasado en frente lo hacía comprender que jamás abandonaría ese sentir, esa culpa, la miseria de seguir vivo buscando respuestas. Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, pero las trató de secar rápidamente, ¿por qué si nadie lo estaba viendo? No lo sabía, solo sentía que no quería más lágrimas en su rostro, no quería seguir llorando. Quería saber qué había pasado con sus padres, solo tenía la mitad de toda la verdad, sus padres eran las personas más buenas del mundo, ¿Cómo habían ido a parar en la mafia? ¿Por qué? Necesitaba saber y lo frustraba no poder hacerlo.

—¿Es entretenido mirar la pantalla? —la voz de Yuta lo sorprendió de forma evidente y por poco estuvo a punto de dejar caer el computador.

—Yo no... Estaba tratando de...

Dark Stalker - [YuMark] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora