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Los días pasaban haciendo acrecentar los nervios de Deidara quien parecía el más preocupado de su clase tras mirar las esculturas de ellos, la suya a diferencia de la del resto parecía sencilla y sin demasiado color, buscó su sitio y la dejó dentro del gimnasio que se había convertido en una elegante sala de exposición, y a decir verdad eso le recordaba un poco a sus festivales de la preparatoria en donde siempre participaba para llevarse un bonito listón azul y una buena nota, pero ese día no solo estaba en juego ese listón azul y la mejor nota de la clase, era una oportunidad que había estado buscando por mar y tierra, además de que le había costado sudor, sangre y lágrimas lograr aquella figura para ese día.

-Veo que ya estás instalado... ¿Cómo te sientes?

Preguntó el recién llegado acercándose al rubio y besar su mejilla, podía notar algunas miradas curiosas sobre ellos y había aprendido a no darle demasiada importancia a lo llamativa que podría ser su pareja, suspiró pesadamente y aquello había hecho reír ligeramente al azabache...

-Todo va a ir muy bien Dei, tu escultura es preciosa, además el gran final... ¿Aprendiste todo lo que debes decir?

-Si... aunque...

-¿Qué pasa?

-Nada... Deséame suerte y que tenga una buena nota al menos.

El azabache Asintió y abrazó a su novio, no quería despedirse pero debía cumplir con unos asuntos pendientes relacionados a la escuela y estaría de vuelta para cuando todo el asunto terminara.

Tras la partida del azabache no tardó en recibir a su familia, Minato, Nagato y el pequeño Menma se habían aparecido apenas el evento había dado inicio y todo el mundo se paseaba por la exposición, explicaba cada una de las piezas y su nerviosismo inició apenas notó que sus profesores junto con personas a las que no había visto de nada habían comenzado a ver los trabajos de cada uno, por más que se encontraba con su familia no podía dejar de mirar a aquel grupo que parecían bastante serios al escuchar las explicaciones, sentía que todo lo que había practicado para ese momento se iba de su cabeza por más que había repetido esa explicación a su novio, debía apartarse de su familia para esperar junto a su proyecto el momento para explicar su obra a los que en ese momento tenían el papel de jueces.

-¿Y bien jovencito?

-Ah... yo... Soy Deidara Uzumaki y esta es mi obra...

Dijo el rubio algo nervioso dejándolos acercarse a su proyecto, aquella estructura que tenía una forma peculiar y hasta fantasiosa.

-Como pueden ver, no tiene un nombre bastante llamativo, pero eso es lo que lo hace especial y hasta cierto punto algo confuso porque no es el único que he hecho y que tiene similares características.

-¿Qué te llevó a esta propuesta?

-Bueno... verán, es un pequeño recuerdo de infancia...

La explicación continuó ya un poco más fluida puesto que sus padres en el fondo buscaban animarlo y que hablara mejor ya que aún lo notaban nervioso, y las miradas interesadas no dejaban de escudriñar en su persona y su trabajo.

-... Entonces por eso es que el color es tan simple... ¿A ustedes no les motiva a imaginarlo en cualquier otro color? Y todo lo pueden imaginar de acuerdo a su estado de ánimo...

-Gracias joven Deidara...

Fue la única respuesta que recibió y tan pronto la atención de la multitud se fue hacia la siguiente escultura suspiró aliviado y sus padres se acercaron a consolarlo.

-Ya pasó...

-Lo eché a perder ¿Verdad?

-Claro que no, a diferencia del resto tú fuiste el que mejor supo explicar su trabajo, además ya tendrás más oportunidades, Dei no te desanimes, te irá muy bien, sabes que ganar o perder no lo es todo en la vida, aún sigues aprendiendo y es lo que importa.

-Gracias...

Se unió al abrazo con sus progenitores y su hermano menor, de repente no se sentía más presionado sino hasta que anunciaron que comenzarían a elegir a los contendientes por la beca, sostuvo la mano de Minato quien acariciaba su dorso con el pulgar, escuchando su nombre junto al de otros dos, pero lejos de alegrarse se sintió más estresado de repente, pues estaba tan cerca de conseguirlo o fracasar en el intento, se hizo silencio y aquello sofocaba en la sala, respiró y pronto escuchó su nombre...

-Gané...

Repitió en voz baja, pero parecía el último en enterarse, pues pronto se encontraba nuevamente entre los brazos de su familia y siendo liberado para ir a su obra que recibiría ese listón azul y tendría una pequeña charla con los representantes de la escuela que ofrecía la beca.

-Chico, tu obra nos ha inspirado y es lo que buscamos, dijiste que tenías más obras como esta y nos gustaría que tu potencial creciera aún más, tienes futuro y creemos que podrías explotar más tu talento en una escuela puramente de arte.

-Gracias... de verdad gracias...

-No es nada... pondremos todo en orden para poder recibirte desde el inicio del siguiente semestre... Felicidades.

Después de estrechar sus manos le dejaron solo y estaba emocionado, pero había otra cosa en su cabeza que no le dejaba festejar por completo. Vio a lo lejos la característica cabellera azabache y no dudó en tomar el listón de primer lugar de su proyecto y esconderlo entre su ropa.

-Hola Dei... ¿Cómo te fue?

-Itachi... hola... me fue bien.

El gesto del Uchiha cambió a uno un poco más serio, no dudando en acercarse a abrazarlo.

-Lo siento Dei... sé lo mucho que querías tener ese premio...

Aquello había confundido al rubio, pues su novio había asumido que no había obtenido el premio.

-No Itachi... ¿Qué dices si vamos a comer?

-¿Eso te animaría?

Asintió y tomó la mano de su novio para salir después de avisar a sus padres, subiendo a su auto y detenerse en un restaurante sencillo.

-Realmente no entiendo por qué no ganarías, era muy buen proyecto, creo que necesito hablar con esos jueces sobre arte.

-No hace falta Itachi, de verdad que no...

Dei sonrió y tomó la mano del mayor.

-Bueno... al menos podemos hablar sobre el otro asunto ¿No crees?

-¿Otro asunto?

-Si, qué cruel que lo olvidaste... Te propuse mudarnos juntos... ¿Recuerdas que prometiste tenerme una respuesta?

-Si... aunque primero quisiera comer ¿Si? Por favor, no pienso bien con el estómago vacío...

Itachi sabía que no debía presionarlo, por lo que sacar el tema ahora y esperar una respuesta era demasiado ambicioso, aunque comenzaba a pensar que había algo que no sabía ya que después de aquel día no habían hablado absolutamente nada en una semana, además de que cada que trataba de verlo éste le evitaba, no sabía qué sucedía pero esperaba que su novio pronto volviera a ser el dulce gruñón de siempre...

Continuará...

Lo peligroso de las primeras atraccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora