Sex En La Oficina (Harry Styles) *hot*

Capitulo 3

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No podia entender como demonios pude bajar esas escaleras sin matarme. Esta huyendo... simple y llanamente. Escape de alli como si estuviera en llamas, dejando solo al señor Styles en el rellano, con la mandibula tensa, la ropa descolocada, y con el pelo alborotado, como si hubiese sido abusado sexualmente. 

Llegue al ultimo piso dando un saltito, lo que no era tarea facil llevando estos zapatos. Empuje la puerta de metal y me apoye contra la pared, jadeando. ¿Que ca*ajos acaba de pasar? ¿Acabo de tirarme a mi jefe en las escaleras? ¿Se puso entre mis piernas? Ahogue un grito poniendo mi mano en mi boca. ¿Se lo ordene? Oh, Dios... ¿Que demonios pasaba? Aturdida, camine de la pared hasta el baño mas cercano dando trapies. Era la hora del cafe, y la cafeteria estaba en la plant de abajo asi que, gracias a Dios, estaba bastante vacio. Entre, hice una rapida comprobacion a todos los puestos, y me asegure de que no habia nadie y cerre la puerta del baño con llave. A medida que me aproximaba al espejo, me estremeci. Mier*a. Tenia el aspecto de alguien que habia sido montada, y la habian dejado seca. Habia escuchado el termino "Recien Follada" antes, pero no me habia percatado hasta ahora. 

Mi pelo era una jodida pesadilla. Todas mis perfectas y estilosas ondas eran ahora un monton de rizos indomables. Aparentemente al señor Styles le gustaba mi pelo suelto. Casi nunca llevaba el pelo de esa manera, solo cuando me ponia esta vestido. Pensar en la manera que sus manos agrraban mi pelo mientras me besaba, hacia que me temblaran mis "Partes Femeninas" bien trabajas ultimamente. Uf, me encogi de hombros. Deberia recordar eso para futuras referencias. ¿Que? ¿De donde hacia sacado eso? Ciertamente, no iba a hacerlo. Ugg! Golpee la encimera con el puño y me acerque mas para inspeccionar los daños. 

Tenia los labios inchados, el maquillaje amborrado, el vestido me colgaba de cualquier modo una y otra vez mas, habia perdido las bragas. Joder. Ese era el segundo par. De todos modos, ¿Donde estaban? "Oh, Dios". Dije en panico. No estarian amontonadas en algun lado de la sala de conferencias, ¿No? A lo mejor el las recogio y las tiro. Deberia preguntarle. pense mientras caminaba de un lado a otro por el baño. Si, claro. Eso no iba a pasar. No iba a darle la satisfaccionde reconocer esto... ¿Esto? ¿Que rayos era esto?

Sacudi la cabeza, frotandome la cara con las manos. Dios, estaba hecha un lio. Cuando entre esta mañana, tenia un plan. iba a entrar en su despacho, tirarle el recibo en su bonita cara y mandarlo a la mier*a. Pero estaba enbidiablemente sexy con ese traje. Y su pelo parecia una señal de neon que gritaba "hazmelo". perdi toda la cordura. Deje el sobre encima de su mesa y sali sin decir una palabra. Patetica. ¿Que me hacia para que mi cerebro se ablandara y mis bragas se mojaran?

Esto no estaba bien. ¿Como ca*ajo iba a encararlo imaginandomelo desnudo? Vale, no del  todo desnudo. Tecnicamente todavia no lo habia visto desnudo, pero lo poco que habia visto hacia que temblara de nuevo. 

Oh, Dios. ¿Acabo de pensar "Todavia"? ¿Y que iba a hacer yo? Podria dejar el trabajo. Pense sobre eso durante un minuto y no me gustaba la manera en que me hacia sentir. Adoraba mi trabajo, y el señor Styles podria ser un gran capu*lo, pero llevaba tratando con eso nueve meses. Ademas de las razones obvias, la verdad es que era un genio en el mundo de la publicidad. Toda su familia lo era. 

Y eso era otra cosa; su familia. Gabriel Styles era el presindente de Styles Inc., y como padre para mi. Mi padre habia vuelto a Seattle, y cuando comence de recepcionista mientras seguia en la universidad, habia sido muy amable conmigo. Todos lo habian sido. Su hermano, Adrian era todo jefe ejecutivo y era el chico mas simpatico que habia conocido nunca. Apreciaba a todo el mundo de aqui, asi que dejar el trabajo simplemente no era una opcion. 

Con esa decision supe que necesitaba un plan de accion. Tenia que seguir siendo profesional y asegurarme de que nunca, nunca, volveria a pasar. Con seguiridad, esta habia sido, el sexo mas ardiente e intenso de toda mi vida. Y quizas, habia usado mi cuerpo como un juguete, un simple toque suyo prendia fuego a todos mis sentidos, y dejaba a mi cuerpo pidiendo mas. Pero yo era fuerte, una mujer independiente. Mi mente y cuerpo no estaban regidos por la lujuria. Tan solo tenia que recordarme a mi misma lo gilipol*as que el era. Era un mujeriago, arrugante, un cerdo, un niñito engreido. El mundo giraba a su alrededor, y la unica persona de la que se preocupaba, era el mismo. Era un cerdo repugnante, y odiaba todo lo que tuviera que ver con el.