Capitulo 15

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Parecía que estaba luchando contra la idea de irse, y como siempre, yo no sabía qué quería que hiciera. Nunca fue una buena idea que nos quedáramos a solas como ahora.

Habían pasado menos de dos minutos desde que empezamos a hablar, y mi cuerpo traidor estaba comenzando a responder a su presencia.

Sin pensarlo, me acerqué a ella, presionando a mi cuerpo contra su espalda.

-"Creía que lo habíamos hablado anoche"-. Dije.

Su piel se puso de gallina y mi cuerpo hizo casi omiso a mi cerebro. Aparté el delgado tirando su hombro y puse mis labios delicadamente sobre su piel, perdiéndome en su aroma.

-"Sí, ayer hablamos de muchas cosas"-. Contestó suavemente.

-"No fue mi intensión". Murmuré contra su piel.

-"Eso no quiere decir que no sea verdad"-. Inclinó la cabeza ligeramente, dándome acceso para saborear su cuello.

-"No debí decirlo"-. Moví su coleta para poder besar el largo de su cuello, y escuché como se aceleraba su respiración. Su cuerpo respondía de la misma manera enfermiza que lo hacía el suyo. -"Date la vuelta"-. Susurré contra su pelo, esperando su respuesta. Tenía que ser su elección.

Mi mente quería que me detuviera, que me diera un tortazo y se fuera. Pero mi cuerpo tenía otras ideas. Mi egoísta cuerpo quería besarla y tocarla; hacerla mía.

Observé su mano, esperando a que se fuera, todo ese silencio que rogaba para que lo hiciera. Pero cuando su mano se apartó, mis ojos se cerraron, derrotaos. Ella tampoco era lo suficientemente fuerte.

Se dio la vuelta despacio, mirándome a los ojos; unos ojos que parecían tan derrotados como yo.

La acerqué a mí, con una mano en su pelo.

Intenté parar: intenté decirme a mí mismo que la dejara ir, pero no pude.

Nos besamos, acariciamos, nos tocamos, nos mordimos. Quería más y la elevé, conectándola justo donde más lo necesitaba.

Nuestros gemidos se armonizaron, y nuestras bocas buscaban más. Mis manos se deslizaron por dentro de sus pantalones, subiéndola más y presionándola contra la pared. Podía sentí la suave seda y el encaje que cubría su culo, con la parte trasera cortada en forma de corazón.

-"Joder, ¿qué llevas puesto?"-. Susurré en su cuello.

La elevé más aún y me respondió colocando sus piernas alrededor de mi cintura.

Acaricié su pecho con mis labios mientras le levantaba la camiseta. Acababa de atrapar uno de sus perfectos pezones con mi boca cuando escuché el sonido de un teléfono sonando. Por supuesto, puso los pies en el suelo, se colocó la camiseta y alcanzó el bolso para buscar a su móvil.

Me pasé las manos por el pelo una y otra vez, tratando de calmar mis ganas de coger ese móvil y tirarlo por el retrete.

Debía ser la amiga que estaba con ella en la mesa. Así que esa era Jenn; la prometida del gran revelador de mi apodo. La maldije en silencio mientras ella colgaba. Estaba guardándolo de nuevo cuando volvió a sonar.

-"Dios, ¡Jenn! ¡Te he dicho que estaré ahí en un minuto!"-. Gritó, pero sus ojos se abrieron más y se le puso una expresión severa en la cara:  rabia, bochorno, enfado... ¿Curiosidad?

Levantó la cabeza para verme y sus ojos se quedaron fijos en lo míos, a medida que creía la tensión en el baño.

Vagamente pude escuchar la voz de un hombre al otro lado del teléfono, y el cavernícola comenzó a despertarse. ¿Quién demonios le estaba llamando?

Sex En La Oficina (Harry Styles) *hot*Where stories live. Discover now