𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ 𝖨𝗆𝖺𝗎𝗌𝗁𝗂 𝖶𝖺𝗄𝖺𝗌𝖺

━━ 𝟢𝟢𝟨: 𝗡𝗢 𝗘𝗦 𝗨𝗡𝗔 𝗖𝗜𝗧𝗔

𝓙un no sabía realmente si estaba emocionada o asustada. En su cabeza solamente habían dos cosas en aquel instante: había quedado con Imaushi Wakasa y se suponía que, si había sido aceptada en el conservatorio, recibiría una llamada telefónica del centro donde se lo comunicarían. Así que, estaba pegada al teléfono para que Wakasa le dijera hora y lugar donde poder quedar para que así él pudiera devolverle sus auriculares, y también por esa maldita llamada que estaba esperando con toda su alma.

Su corazón latía con frenesí cada vez que su teléfono vibraba y lo miraba con una mueca de terror reflejada en su rostro, hasta Ryu había encontrado aquello sumamente divertido por lo cual se encargó de mandarle unos cuantos sms a su hermana pequeña solamente para poder verle la cara estando a su lado y reírse por ello. Al menos, el más mayor no sabía que Jun tenía planeado quedar con un chico porque sino habría sacado a relucir sus celos familiares y sería mil veces más insoportable que de costumbre.

Tuvo que ponerse música en su cuarto, maldiciéndose a sí misma y a su aspecto torpe porque se le habían caído los auriculares; elemento que utilizaba en su día a día. Jun consideraba que no era lo mismo escuchar música en alto que con auriculares; porque de la segunda forma podía notar mejor los matices propios de la música. Además, su música era de ella; no le gustaba que los demás la escucharan porque cuando era pequeña, sus compañeros de clase se rieron una vez de ella por el tipo de música que escuchaba y le quedó algo parecido a un pequeño trauma.

Mientras estaba en compañía de su hermana en su propia habitación con Miya ayudándola a decorar su pared con dibujos que la misma pequeña le había confeccionado como regalo, Jun escuchó un teléfono sonar y entró casi en pánico pensando que era el suyo. Pero, se relajó cuando se dio cuenta por la melodía de que se trataba del de su abuelo y que éste estaba yendo hasta donde ellas dos se encontraban mientras hablaba con la otra persona.

—Toma, Junnie.— le dijo su abuelo con la cara seria, lo que auguraba que sabía que a su nieta no le gustaría hablar con la otra persona al otro lado de la línea. Y razón no le faltaba el hombre. —Es tu padre, quiere hablar un poco contigo.

Jun torció el gesto, y susurró para que su padre no la oyera:

—Pásaselo a Ryu, yo no quiero hablar con él.— Pidió disgustada.

—Ryu se ha encerrado en su cuarto y ya sabes como es.— contestó su abuelo de la misma manera. —Además, él me ha pedido hablar contigo y no con tu hermano. Haz un esfuerzo, por favor, Junnie...

Jun resopló, sin tratar de ocultarlo, a la par que se llevaba el teléfono de su abuelo al oído para hablar con su progenitor. Mientras, el mismo abuelo le explicaba a una confusa Miya de lo que se trataba y el porqué su hermana mayor había puesto una cara de pasa cuando agarró el móvil.

—Dime, papá.— Habló la joven pelinegra por fin, llevándose una mano al pelo y echándoselo hacia atrás porque ya sentía como le dolía la cabeza; y eso que el hombre aún no había ni abierto su boca.