Capítulo #1

267 28 13
                                    

Perdón por errores ortográficos.

Pov Emily.

—Bueno, chicos, he terminado con mi papeleo, así que me voy— Digo extasiada de felicidad.

—Valla, valla, princesa, ¿Por qué tan contenta? —me pregunta Morgan jocoso.

—¿No te has enterado? —dice García evitando qué le responda a Morgan. Alzó la ceja ante su intromisión.

—¿Enterarse de qué?— Pregunta mi genio favorito, mientras que yo solo sonrió con ironía al saber que Garcia no fue capaz de mantenerse alejada de las cosas que le dije que no tocará. «Pequeña entrometida»

—Que nuestra querida Emily se nos va de vacaciones a Miami, imagínate una semana en un hotel caro y elegante, con mucho alcohol, sentada a la orilla de una piscina o mejor aún en la playa. —dice y suspira con anhelo.

—Eso suena espectacular, necesito algo así. —comenta JJ mientras toma asiento y se imagina a ella misma en las condiciones que menciono García.

—Así que te vas de vacaciones, ¿Desde cuándo Emily Prentiss la adicta al trabajo, se toma vacaciones? —Pregunta en un tono burlón Morgan.

—¿Qué sucede Derek? ¿Tienes envidia de que yo voy a pasar rodeada de alcohol toda la semana, mientras tú pasaras haciendo papeleo? —Me burló de él mientras me apoyo en mi escritorio. Finge estar dolido.

—¡¡¿Cómo rayos vas a pagar todo esto con nuestro salario?!!— exclama García asombrada a mi lado. Miro directamente el folleto qué está en su mano, el cual claramente ha sacado hace un momento de mi escritorio —¡Esto es carísimo Emily! —dice sin poder creerlo aún.

—Sencillo—hago una pausa haciendo que la intriga de todos se eleve —Mi madre lo pagará. —Derek suelta un silbido.

—Me encantaría que mamá Prentiss me regalara algo así—dice antes de soltarse en risa.

—Dile a la embajadora que me adopte, por favor. —súplica JJ. Me rio ante su comentario.

—Pero no es así de fácil, amigos míos, estas no son vacaciones gratuitas. —les digo.

—¿Por qué sería eso? —Pregunta JJ con curiosidad.

—Mi madre me está pagando todo esto, con la condición de que me presente a su fiesta anual en Florida.

—¿Qué tiene de malo asistir a esa fiesta?— Pregunta Spencer quien al parecer se ha interesado en nuestra conversación nuevamente.

—Muchas cosas, en realidad, estas fiestas parecen ser lo mejor del mundo, pero al final no lo son.

—¿Por qué? —pregunta JJ mientras que los demás están atentos a lo que estoy por decir.

—Por muchas cosas. Son superaburridas, están llenas de gente hipócrita, hombres ricos, borrachos, qué se creen que tienen el derecho de hacer lo que se les da la gana, cuando se les da la gana. Y que mi mamá solo me está invitando porque quiere que conozca a un amigo suyo, que está soltero y al parecer forrado en dólares también. El tipo ideal de mi madre para mí.—digo irritada lo último.

Es un fastidio total tener que conocer a cada candidato que me presenta. Cada uno es peor que el anterior.

—Pero eso no quita el hecho de que tendrás una semana de vacaciones en Miami y talvez tengas acción —dice García imprudentemente.

Mis mejillas se vuelven rojas, mientras que todos se ríen por la insinuación del comentario tan inapropiado de García.

—Eso es lo único por lo que voy. —les digo con una sonrisa coqueta siguiéndole el juego para disimular la vergüenza que me da.

.....................................................

Voy saliendo de trabajar cuando mi teléfono empieza a vibrar. El identificador dice Madre.

—¡Hola madre! ¿Qué tal tu día? —digo lentamente.

—Estoy maravillosa, gracias por preguntar. Querida, supondré que ya saliste de tu trabajo.

—Así es, ya salí. ¿Algún problema? —pregunto por su no esperada llamada.

—No, nada, en absoluto. Solo te habla para recordarte que tu vuelo sale en un par de horas, así que espero tengas todo listo. Porque no aceptaré retrasos de tu parte por irresponsabilidad.

Me contengo de voltear los ojos — Madre, puedo garantizarte qué tengo todo preparado para viajar, solo me queda esperar que se haga la hora de partir.

—Bueno, si ese es el caso Emily, buen viaje, te espero aquí en un par de horas. Haré que una de mis asistentes te recoja en el aeropuerto.

—Gracias por todo madre. —le digo antes de colgar.

...................................................

Miami Florida

A las diez con treinta de la noche mi vuelo al fin aterrizó, fue tranquilo y poco agotador, camino hasta la salida del aeropuerto y como mi madre prometió, ahí estaba una de sus asistentes esperándome.

La persona que me espera es una pequeña mujer rubia que si la memoria no me falla su nombre es Mía, a su lado se encuentra hombre castaño del cual también tengo un vago recuerdo de haberlo visto en la casa de mi madre.

—¡Hola! —Saludo a la mujer y ella me devuelve el saludo estrechándome la mano.

—Señorita Prentiss, mi nombre es Mia Cooper y soy la asistente de su madre, estoy aquí para llevarle al hotel—me informa Mía lo que yo ya sabia. —Él es Andrés William, guardaespaldas de su madre y por los siguientes días será suyo—me dice con una voz ensayada.

—¡Hola, un placer conocerle, Señor William! —le digo ofreciéndole una verdadera sonrisa, ambos son agradables, aunque Mía parece estar programa para responder políticamente aceptable. Lo cual no es raro, trabaja con mi madre.

—El placer es mío, señorita Prentiss—contesta.

— No es necesario que me llame, señor, puede decirme Andrés—me informa con una pequeña sonrisa de lado, alegremente William. Por alguna extraña razón me recuerda a Derek. Me agrada mucho.

—Igual conmigo, Señorita Prentiss, puede llamarme Mía.—me dice la rubia.

—Comprendido, está bien, Mía, Andrés, dado que me dirigiré a ustedes por su nombre de pila, ustedes también pueden llamarme Emily. —Ambos asienten.

—Bueno, es tiempo que nos pongamos en marcha, ya que la Embajadora nos espera— demanda Mía. Asiento y camino un poquito atrás de William, dejándolo dirigirme al auto.

Los tres nos subimos a la camioneta negra blindada de mi madre y emprendemos el viaje rumbo al hotel.

En el trascurso del viaje los tres compartimos una charlar trivial sobre las más terroríficas historias sobre las muchas regañadas que hemos sufrido por parte de madre en el pasar de los años, me alegra saber que no soy la única que ha sido receptora de los regaños por cosas insignificantes de madre.

Entre risa y risa llegamos a nuestro destino. Cuando entramos al hotel, William se queda atrás para ir a realizar asuntos pendientes.

Mía y yo entramos al hotel y nos dirigimos a la habitación de madre, el viaje en elevador estuvo rodeado de un silencio cómodo y reconfortante.

Holaaa ¿Cómo están? Por sugerencia de una personita, esta historia volverá a ser publicada. Esto anteriormente fue dos capítulos distintos, pero en la actualidad me molesta los capítulos qué tienen menos de ochocientas palabras. Así que los uní.

¡Espero les guste!

CORREGIRÉ ERRORES ORTOGRÁFICOS AL TERMINAR LA HISTORIA.

Tu y Yo Where stories live. Discover now