Capítulo #2

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Perdón por errores ortográficos.

Pov Emily

Me paro detrás de Mía para que ella abra la puerta con la tarjeta de hotel, ambas entramos a la habitación y somos recibidas por mi madre, quien al verme sonreí con una sonrisa qué es genuina.

—¡Hola madre! —le digo devolviéndole la sonrisa alegre. Nuestra relación no es la típica relación madre e hija, pero hacemos qué funcione. O eso tratamos.

—¡Hola! —dice acercándose para abrazarme y besar mi mejilla, correspondo el abrazo y al igual que ella besó su mejilla.

Cuando nos separamos me mira emocionada —Emily, tengo una sorpresa para ti—dice con alegría mi madre.

—¿Sorpresa para mí? Eso me interesa— río divertida —¿Qué será? ¿Me lo vas a dar ahorita? ¿Verdad?— Pregunto curiosa.

—Por supuesto Emily, si no te lo fuera a dar en este momento, ¿Por qué te lo mencionaría? —reprende madre. Mía suelta una pequeña risa, pero la oculta cuando mamá la ve con reproche.

—Sígueme —demanda madre. Mía se queda en la sala de la habitación y yo sigo a madre al dormitorio.
Camino detrás de mi madre como si fuera perrito. Me he de ver ridícula. Compórtate como una adulta, me regaño mentalmente.

Llegamos al dormitorio, admiro el lugar detalladamente. Luego dirijo mis ojos a la enorme caja. Madre se sienta en la cama junto a la caja.

—Emily habré la caja y dime que te parece—dice mientras mira expectante.

Asiento muy emocionada, por ley los regalos que madre me da tienden a ser muy buenos. Desde vinos deliciosos hasta los zapatos más bonitos.

Abro la caja y en su interior encuentro un hermoso vestido rojo, tienen las mangas caídas, un escote en v y una abertura en la pierna.

—¡Madre es hermoso! —le digo sinceramente. Es precioso.

Madre sonríe con suficiencia. —¡Sabía que te gustaría, tengo buen gusto! —se pavonea.

Asiento ante su declaración. —Ese usarás mañana en la noche durante la gala. —me informa.

—¡Está bien, gracias por el vestido! —me mira —Solo lo mejor para la mejor—exclama antes de salir de la habitación.

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Día siguiente.

Me levanta con un dolor en el cuello qué es insoportable. Dormí mal. Ni ganas de bañarme, vestirme, y arreglarme para salir a explorar me dan. Pero lo hago, tengo qué.

Una hora más tarde, después de un acetaminofén en ayunas, para ayudar con el dolor, bajo por el ascensor, salgo del hotel y camino por las calles cálidas de Miami en busca de un lugar para desayunar. A un par de cuadras encuentro una qué tiene buen aspecto.

Entró en la cafetería y me dirijo a una mesa libre, minutos después de haber entrado una mesera me lleva el menú. Miro detalladamente el menú, luego ordenó mi desayuno.

Estoy esperando pacientemente mi comida cuando empiezo a sentir una sensación como si alguien me estuviera observando. Decido no ignorar ese sentimiento, mis años como espía me gritan qué nunca, pero nunca ignore algo así. Mi vida puede depender de ello.

Giro mi vista hacia el lado donde se encuentra un hermoso niño de al menos tres años, rubio de ojos azules, que si soy sincera se parece mucho a Henry, el hijo de JJ. Me distraigo observándolo.

—Los niños son hermosos en esa edad. —dice una voz frente a mí.

Volteo hacia el frente de mi mesa solo para encontrar a un hombre castaño frente a mí. Se mueve demasiado en silencio para mi gusto.

Tu y Yo Where stories live. Discover now