Capítulo 44 : El lado oculto de los hermanos Jeon.

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Me quedé callado mientras miraba los ojos de JungKook, por unos momentos no pude reaccionar y quedé completamente en blanco. En mi cabeza era imposible lo que habían escuchado mis oídos.

¿Cómo podía creer algo así después de todo lo que había escuchado sobre la relación de JungKook y Goo?

—Mientes, tu no odiabas a Goo. —Aseguré, sin embargo, mi voz no parecía segura de mis palabras. —Dijiste que nunca estuviste solo porque tuviste a Goo contigo y siempre estaban juntos.

La expresión vacía, fría y distante no se fue del rostro de JungKook mientras me veía, sus ojos no se desviaron y era obvio que no estaba jugando conmigo, no era una de sus bromas raras.

—Él era todo lo que tenía, mi madre murió y mi padre rompió los lazos familiares que nos unían a él, él era todo lo que tenía así que traté de protegerlo y él confiaba en mí ciegamente, nuestra prioridad era nuestra propia coexistencia, nos quisiéramos o no... Ciertamente estábamos bien en L.A. peleábamos pero eran cosas sin importancia, cuando regresamos a Corea todo cambió, hasta el punto en qué no soportaba verlo, él siempre trataba de complacer a nuestro padre y yo siempre estaba peleándome con él.

              

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué debo dejar de conducir?! —grité exasperado, no podía ver mi rostro pero estaba seguro de que estaba rojo del coraje.

El hombre sentado frente a mi en el sillón de una sola persona apretó su mano en un puño el cual palmeó ligeramente contra el reposabrazos del sillón, habló con total calma mientras me mantenía la mirada:

—¿No lo entiendes? Las carreras de motocicletas son muy peligrosas como para tomarlas por un juego.

Apreté las manos en dos puños cerrados con firmeza, fruncí el entrecejo sin poder controlarlo y observé al hombre con desprecio, lo odiaba, odiaba todo de él.

—¡No estoy jugando, a mi me gustan de verdad! —Un ruido en la puerta me hizo suspirar para intentar controlarme, sabía quién había llegado. —Me gustan en verdad... —bajé la mirada hacia los zapatos pulcros del hombre. —Por eso no voy a ir a la secundaria, cuando termine la primaria regresaré a L.A. y correré en todas las carreras que quiera.

El hombre frente a mí soltó un suspiro que parecía cansado, negó ligeramente con la cabeza mientras me veía con sus ojos juzgadores.

—Ya fue suficiente, ¿Por qué no piensas en tu futuro?

—¡Eso es lo que pienso hacer!

—Tu idea de un futuro es una estupidez.

—El futuro, el futuro... —apreté los dientes al igual que mis manos. —¡Es mi futuro, no el tuyo, no te metas en mis cosas!

—Kook... —una voz suave viniendo del lado de la puerta me hizo voltear al chico de ojos grandes y preocupados que me veían con impotencia. —Has dicho demasiado, debes disculparte con papá. —Él soltó un suspiro, me miró directo a los ojos, sus ojos parecían iguales a los míos pero no lo eran, siempre serían diferentes. —Yo estoy de acuerdo con él, deberías de ser un poco más realista, ya no eres un niño y las cosas no son como cuando vivíamos en L.A.

Fruncí el entrecejo sin poder creerlo, no podía ser posible que esté maldito idiota siempre esté detrás del trasero de ese hombre.

Con los puños apretados caminé hacia la salida y comencé a subir las escaleras mientras intentaba contener mi irá para no ponerme a golpear cualquier cosa que estuviera frente a mí, sentía que iba a explotar en cualquier momento.

—Espera, Kook... —unos pasos detrás de mí me hicieron acelerar. —¿Por qué estás tan enojado? Papá y yo solo estamos preocupados por ti.

🅼ars [El Dios de la Guerra] 無。Kookv Where stories live. Discover now