Capítulo 15.

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Juliana

Después de varios besos apasionados, me separo de él por falta de aire y a los segundos el vuelve a atraer mis labios a los suyos para morderlos.

Me siento incómoda. Mucho. Pero tengo que aguantarme todo esto. Tengo que olvidar a la idiota de Valentina. Eso es lo quiero. No vale la pena estar detrás de ella.

—Me gustas mucho, Juliana. —Dijo Sergio y ¿qué se supone que debía hacer? ¿Mentir? No sé en qué me estoy metiendo.

—Tú también me gustas mucho. —Dije sonriéndole. Me sentía fatal.

—¿Por qué no me besaste el día de la fiesta?

—Pues, no sé, no estaba preparada... Íbamos demasiado rápido.

—Tranquila. No te presionaré. —Dijo y me dio un beso en la frente. Me sentía fatal, yo lo estaba usando.

¡Qué estúpida eres Juliana! Sales de un problema para meterte en otro. Aunque pensándolo bien, prefiero meterme en miles de problemas más con tal de salir de ese problema que tanto me lastima. Valentina.

Sergio me dejó en mi casa sin antes darme un beso de despedida y decirme que vendría por mí para llevarme a la escuela en la mañana. Le sonreí y le dije que me parecía una idea genial.

Una idea genial como olvidar a Val que sería lo mejor que me podría pasar.

—¿Que tú estás haciendo qué? —Pregunto mi amiga Claudia por teléfono mientras estaba acostada en mi cama.

—Sergio es apuesto, de alguna manera u otra me ayudará a olvidar a tú sabes quién.

—Es que no puedes ser tan estúpida Juliana. Tú estás enamorada de Valentina, ningún chico apuesto que se te aparezca te hará olvidarla.

—Es que tú no entiendes. Valentina no es buena para mí. Uno. Mi hermano la mataría si alguna vez pasa algo entre nosotras, ¡ni siquiera le habla por los rumores que son completamente falsos! Dos. Ella es una maldita resbalosa y verla con cada chica que se le aparezca me duele muchísimo. Tres. Somos muy diferentes. Ella le gusta salir, las fiestas, es extrovertida y divertida. Yo soy todo lo contrario. Sería demasiado aburrida para ella. Cuatro. No se fijaría en mí, nunca. Tendría que pasar el resto de mis días viendo como ella anda con chicas diferentes y yo sufro.

—Los opuestos se atraen. —Dijo Claudia con la esperanza de que pasara algo entre las dos.

—¡Mierda, Claudia! Somos humanos, no imanes.

—Como sea. Lo que haces está mal. Estarás con una persona que no quieres, lo cual te lastimará más. Así nunca vas a olvidar a Valentina.

—Odio a Valentina, la odio. ¿Por qué tiene que ser tan importante Claudia? —Dije entrecortada.

—Mueres por esa chica Juliana, por mucho que intentes negarlo.

—Gracias por tu ayuda, eh. Así la olvidaré más rápido. —Ella rio. —A veces me gustaría tener una relación como la tuya amiga.

Y así seguimos hablando hasta que me despedí e hice el intento de dormir. Vueltas y vueltas por la cama, por la misma razón de todos estos años... Valentina.

Me había hecho una coleta y me había puesto mi suéter favorito, con un jean negro ajustado. Estaba comiendo una manzana y mi hermano bajó. Todos estos días ha estado distante porque le mentí y los rumores no ayudaban mucho. Mi hermano era tan irritante y sobre protector. A veces no lo soporto, pero ese chico es muy importante para mí.

—Buenos días. —Dijo intentando sonreír, pero le salió como una mueca. —Vamos, se nos hará tarde.

—Oh, no me voy contigo hoy.

Eres mía, pequeña | ✓Where stories live. Discover now