Después de aquel día © [#2] (Pausada)

Capítulo 17

CAPÍTULO 17.

Back to black- Amy Winehouse

Narra Troy Evans.

Dejo salir un resoplido y me giro para mirar a Grace, que está sentada en el sofá algo incómoda.

—No sabía que la conocías—digo devolviendo la vista hacia la puerta de la habitación de Angélica.

—Viene con un chico y una chica a comer casi todos los sábados y a veces viene a desayunar.

Asiento y trago saliva sin saber qué hacer o decir. Chiara me ha dicho que, aunque se me hayan fastidiado los planes, ella va a irse a casa de su novia a pasar la noche.

A mí no me hace mucha gracia eso, Alexandra no me da buenas vibras.

Simplemente porque es la tercera vez que vuelven, y hace nada Chiara estaba llorando en su cuarto al descubrir que ella estaba con alguien más... Pero Chiara ha vuelto a caer, y yo ya no sé qué puedo decir para hacer que recapacite. Esa chica no deja de hacerle daño y Chiara se lo permite porque la quiere.

Aparto esos pensamientos de mi mente cuando la voz de Grace me distrae.

—Será mejor que me vaya—se levanta del sofá y automáticamente me pongo frente a ella deteniéndola. No quiero que se vaya así.

—Puedes quedarte aquí—bajo la voz y dirijo mi mirada a sus labios carnosos y brillantes.

—¿Para qué?—me echo hacia atrás mirándola confundido—¿Para que no terminemos acostándonos y me dejes con las ganas?

Respiro profundamente y aparto la mirada por un instante, sin saber cómo reaccionar.

—Grace, te dije que quería...—me interrumpe de forma brusca.

—Ir despacio. Sí, sí, ya lo sé. Pero, Troy: Once meses. Once meses desde la primera vez que nos volvimos más íntimos y once meses desde que me dijiste que todavía no querías tener sexo conmigo.

Me quedo callado esperando a que suelte la bomba, a que me deje de nuevo por dejarla siempre insatisfecha, por no darle lo que ella quiere.

—¿Es que no soy lo suficientemente atractiva para ti? Porque si tanto me lo vas a alargar, esto ya se puede ir a la mierda, ¿me oyes?

—Por supuesto que eres atractiva, Grace. Me encanta tu pelo y tus ojos, y tus labios. Tus pechos son una de mis cosas favoritas y... Todo. Me gusta todo de ti.

—¿Y entonces por qué no quieres acostarte conmigo? Me estás diciendo que tengo todo lo que te gusta y aun así, aun así...—suelta un gemido frustrado.— No puedo entenderte si no me dejas conocerte, Troy.

Asiento dándole la completa razón. Pero si descubre lo que en realidad me pasa, se irá. Me escupirá en la cara, me gritará, y se marchará.

Nos quedamos en silencio absoluto, sintiendo como el ambiente cargado empieza a disminuir. Grace agarra su bolso y se da media vuelta dirijiéndose hacia la puerta.

Sigo sus pasos sin querer parecer muy desesperado y levanto mi brazo tratando de detenerla, pero nada sirve.

—Grace...—murmuro.