𝟒𝟎

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Pasó una semana desde que se fue mamá, el ambiente se sentía tranquilo

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Pasó una semana desde que se fue mamá, el ambiente se sentía tranquilo. En una semana logré sentirme libre, en una semana pude mejorar casi mi relación con mi padre. En una semana pude comer lo que quise sin sentirme culpable.

El efecto que mamá causaba en mí desaparecía, no de manera rápida pero desaparecía en un proceso necesario.

— ¿Estás lista? — preguntó papá cuando la psicóloga venía hacia nosotros con una sonrisa afable que me hacía sentir segura.

Asentí con algo de nerviosismo.

— Cualquier cosa, estoy en el café, cielo — besó mi frente y se despidió.

Agaché la mirada esperando a que llegara la mujer. Unos segundos después visualicé a Kazumi.

— Es un gusto verte, Heiwa — se sentó a mi lado cuidando cada uno de sus movimientos — ¿Quieres pasar a mi oficina? — sonrío ofreciéndome su mano.

Miré su mano y luego a ella.

— No haré nada que no te guste, si no quieres entrar a ahí podemos ir a otro lugar donde te sientas cómoda.

— E-estoy bien, podemos entrar — tomé lentamente su mano y me guío a su oficina.

Al entrar percibí un aroma a frutos rojos, habían varios diplomas y premios organizados perfectamente. Me llamo algo la atención, un cuadro donde salía ella y Osoro.

— Es mi hijo — hizo un ademán para que me sentara — Cuéntame... ¿Cómo te sientes? O lo que desees contarme está bien.

 ¿Cómo te sientes? O lo que desees contarme está bien

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