Casada a la fuerza

Capítulo 11

Estuvimos en el agua un buen rato hasta que empezó a hacerse tarde.

Se acercó a mi y me abrazó.

-Ya es tarde, debemos irnos.- Me dió un beso en la frente y me ayudó a salir del lago.

Ian estaba actuando distinto, era más tierno que antes.

***

Llegamos a la casa y cada uno nos fuimos a nuestros cuartos, no dormiamos juntos aún, por petición mía; pero esa noche lo quería junto a mi.

Fui de puntillas sin hacer ruido hasta su cuarto y entré, sin querer cerré la puerta fuerte y se despertó.

-¿Qué pasa?.- Dijo con voz ronca.

-Nada, solo quiero dormir contigo.-

-Ven.- Dijo haciendo lugar.

Me acosté y me abrazó.

***

-Victoria!.- Me despertó la voz de mi madre, provenía del piso de abajo, diablos.

No quería que me viera con Ian, quería que sepa lo molesta que estaba de que me hayan "vendido" practicamente.

-¿Que quieres?.- Pregunté Bajando las escaleras.

-Vicky!.- Exclamó y se acercó para abrazarme.

-¿Trajiste cigarrilos?.-

-No..-

-¿Entonces a que viniste?.-

-A verte, por supuesto, a los dos, ¿Como están?.-

-Infelizmente comprometidos.- E hice una falsa sonrisa.

-No sé porque eres asi conmigo.-

-¿Tengo que recordartelo?, tu y papá me arreglaron un matrimonio que yo no pedí con quien yo no elegí.- Mi madre agachó la cabeza.

-Creímos que era lo mejor para ti.-

-¿Forzarme a casarme con un completo desconocido?, tienes razón madre, eso resuelve todo.-

-Victoria, tu eras brillante, en el colegio, en la vida, todo era perfecto.-

-Siguió siendo perfecto hasta que me vendieron, y lo hicieron porque dejé de ser virgen, porque deje de ser la nena de papá.-

-¡Victoria no hables asi!.-

-¿Así cómo? Mi propio padre ya no me puede mirar a los ojos porque me ve como una prostituta, si puedes dile que me tendría que haber mandado a un colegio de monjas si quería que no tuviera sexo, vendiendome a Ian, lo único que obtendré es mas y más sexo.- Dicho esto me dí media vuelta y subí a la habitación de Ian. -Muy linda la visita madre, saludos a todos alla por casa!.- Dije sarcástica. Dios.. necesitaba cigarrillos.

Mi madre se fué dando un portazo.

-Tal vez te subestime demasiado niña mimada..- Oí a Ian detrás mío y me dí vuelta.

-¿Escuchaste todo?.-

- Desde los cigarrillos hasta lo de forzarte a casarte con un completo desconocido.- Me sonrojé, se suponía que no debía escuchar todo eso. -No me gustó que me llamaras completo desconocido.. cuando me conoces muy bien.-

-No del todo.- Dije refiriendome a que nunca llegamos a hacerlo.

-Ok.. ¿quieres conocerme?.- Comenzó a acercarse a mi.

-Si.-

-¿Segura?.- Sus ojos tomaron un brillo perverso, cada vez tenía a Ian más cerca.

Comenzó a besarme, bajó a mi cuello, quitó mi blusa y mi corpiño. Miró mis senos y luego me miró a los ojos.