Capítulo 4: Te castigaré

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Después de eso, lo único que recordaba era despertarme en la cama de Dereck, desnuda, con Edward a mi lado al igual que yo, desnudo.

****

Cerré el grifo y salí de la ducha.

Estaba enrollando la toalla alrededor de mi cuerpo, cuando alguien abrió la puerta del baño.

-Vict...-

Fue tal la sorpreda que no pude evitar gritar y quitar mis manos de la toalla. La levanté rápidamente.

-¡¡Ian!!  ¡¿A caso no sabes tocar la puerta?!.- Se puso rojo.

-Ejem..- Carraspeó y volvió a ponerse serio.- Victoria Francis, aprenderás a hablarme con respeto o te irá muy mal.-

-No se quien mierda te crees, pero a mi nadie me amenaza.- Me agarró de la cintura y el ambiente se tornó caliente.

Fué dejando pequeños besos por todo mi cuello. Me agarró y me llevó a la cama de mi habitación, sin parar de besarme.

Sacó mi toalla y la tiró al suelo.

Agarró suavemente mis muñecas y las llevó a la cabecera de la cama, sacó su corbata y las amarró.

Saco su camisa y sus pantalones, sentí algo que jamás había sentido.

Estaba a punto de quitarse sus boxers cuando se acercó a mi oído y me susurró:

-Cuida tu hermosa boquita, o te castigaré.- Luego se alejó de mi y se puso su ropa.

Me desamarró las muñecas.Estaba realmente confundida.

-¿Q..qué?.-

-¿Qué pasa futura esposa mía?.-

-No, nada...¿tienes cigarrillos?.-

-No fumo.- Respondió bastante serio.

-Pues yo si.. necesito como diez en este monento.-

-Te hará mal.-

-Me importa un bledo!, necesito fumar.-Agarré una bata, me la puse sin ropa interior abajo y me puse unas pantuflas.

Bajé hasta la cochera, me subí al auto de Ian y me fuí al kiosco mas cercano.

Compré dos cajas de cigarrillos de primera marca y volví a la mansión.

-¡¿Dónde cojones estabas?!.-

-Salí a tomar aire.- Mentí.

-¡¿Con mi auto?!.-

-¡Deja de gritarme!.-

-Te vas sin mi permiso! ¡¿Mira si te pierdes?!.-

-¡No soy tan idiota Van Allen! ¡Tengo casi dieciocho!.-.

-No quiero pelear a esta hora...-

-La cena esta servida.- Dijo una mujer de unos cuarenta y tantos años.

-¿No era que no contratabas sirvientas, empleadas, mayordomos etc?.- Le susurré

-Es mi madre.- Dijo de la misma forma que yo.

-¿Esa señora tan amable es madre de este maleducado?, perdon, MALAPRENDIDO, de seguro esa señora te educó bien.-

-¿No te callas nunca, verdad?.-

-Idiota.-

-Mimada.-

Derechos reservados de autor SweetLady_123

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Casada a la fuerzaWhere stories live. Discover now