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— Debo decirlo una vez más, Senku ¡me impresiona lo bien que has cimentado el Reino de la Ciencia! Asociarte conmigo es lo mejor que pudiste hacer, ¡juntos haremos maravillas y seremos dueños del mundo!

— ¿Ah...?, no estoy interesado ni un milímetro en lo que dices —declaró sin apartar la vista de la mesa de trabajo.

— ¡Jaja! No lo asegures tan rápido, hasta ahora hemos perseguido objetivos similares y podrá ser lo mismo en el futuro.

Ryusui chasqueó los dedos para enfatizar su pronóstico, acción que tampoco había logrado que Senku despegara los ojos del enorme diseño del telar. Kaseki, por el contrario, soltó una risita a causa de la seguridad que emanaba el capitán del navío, pero se abstuvo de hacer comentarios al respecto ya que le interesaba acabar con la revisión del plano cuanto antes.

Kaseki y Senku estaban en el taller de artesanías corrigiendo un par de detalles para concluir la manufactura del telar que Yuzuriha solicitó, pues con el hilo hecho era suficiente para comenzar las pruebas del tejido. La joven pidió una herramienta bastante simple a consideración del artesano, por lo que no dudó en pedirle a Senku añadir unas cuantas modificaciones resultando en una estructura considerablemente más grande. En medio de eso, Ryusui llegó tal como marcaba la rutina que se impuso en las últimas semanas, en la que deambulaba por toda la base para verificar el progreso de los proyectos, sobre todo el del barco, reuniéndose al final en ese sitio para hablar con Senku.

— Creo que podemos añadir una silla acolchada, Yuzuriha pasará horas frente al telar sin descanso —comentó Senku mientras lo incluía el dibujo.

— Ohoho, entonces agreguemos también una mesa para los aperitivos que seguro Gen le llevará.

Ryusui, quien se quedó de pie con los brazos cruzados en la entrada, pudo percibir la manzana de Adán de Senku elevarse y luego descender cuando escuchó ese nombre. Ya tenía sospechas, antes pensaba que el motivo por el que Gen dejó de rondar en los alrededores de Senku se debía a su presencia, pues reparó que el mentalista buscaba la manera de esquivarlo desde su primer encuentro. Sin embargo, con esa simple reacción seguido de un silencio le confirmó todo lo que su instinto ya sabía: algo ocurrió entre ese par independientemente de él.

— Oye Senku ¿por qué Gen ya no viene aquí a esta hora? —inquirió Ryusui—. Por lo regular me lo encontraba dándote su informe y después se iba en cuanto llegaba.

— Se le metió la idea de ayudar a Yuzuriha con el lino y eso lo tiene ocupado —contestó a secas.

— ¿En serio? —elevó una ceja y sonrió—. Que extraño, casi nunca lo veo con el equipo de manualidades, más bien me lo encuentro ayudando a los niños con la recolección.

— Eso lo hace en las mañanas, por las tardes va con Yuzuriha y después va a preparar los alimentos con Nikki —añadió Kaseki.

— ¡Jaja! Que hombre tan trabajador, al principio creí que no le gustaba ensuciarse las manos, pero resulta que también lo he visto transportando materiales al muelle. ¿Querrá juntar dragos extra para comprarme el petróleo?

— Está listo, iré a pedir la madera que falta —anunció Senku poniéndose de pie e ignorando a Ryusui—. Kaseki, puedes ir ensamblando las piezas de metal.

El artesano prácticamente salió corriendo ansiando continuar con la máquina, contrario a Senku que caminó tranquilo hasta toparse con el torso de Ryusui, pues le cerró el paso en la pequeña puerta.

— ¿Qué mierda haces? Hazte a un lado.

— Algo pasó entre Gen y tu —aseguró el capitán, directo al grano y sin moverse—. No me sorprende que Gen me evite, desde que nos conocimos siempre sale corriendo cuando me ve; pero la dinámica entre ustedes dos ha cambiado en los últimos días.

Principio de Incertidumbre/SenGenWhere stories live. Discover now