Idiot Boy {Edmund pevensie}

epílogo

Edmund pevensie.

—¿Te quieres casar conmigo?—

Ninguna respuesta.

¿Cómo esperaba que mi propio reflejo me respondiera?.

Me vi al espejo una vez más suspirando con desesperación.

Lucy entro con una sonrisa burlona y me dio el anillo que le había pedido cuidar desde hace unos meses.

—¿Nervioso?.

Pregunto con clara diversión.

—No— mentí pero mis manos temblaron al tomar el anillo —Por aslan, ¿Que voy a hacer si me rechaza?—

—Edmund ella está igual de enamorada que tú, ni si quiera me la puedo imaginar diciendo que no —Me aseguro mi hermana dándome un abrazo —Quisiera encontrar un amor como el de ustedes—

Revolvía su cabello con ternura.

Desde la última vez que fuimos a narnia nos habíamos hecho más cercanos.

— algún día lo harás, pero tengo que conocer al chico eh.

Intente actuar como un hermano celoso y ella solo río.

Viendo el reloj me despedí de ella revisando me una vez más al espejo para asegurar que todo estaba en orden, y emprendi camino al restaurante al que había invitado a Coraline a cenar.

Las mando me sudaban al igual que la frente, estaba más nervioso de lo que pensaba y eso me jugaba en contra.

Sin embargo mis nervios se dispersaron al verla.

Una sonrisa radiante en su lindo rostro, llevaba un vestido rosa pálido de tirantes y su cabello recogido en una trenza.

Soy un idiota afortunado por tener a una chica tan linda.

—Hola.

Saludo ella en cuanto me vió.

—Hola.

Devolví y bese su mejilla con delicadeza.

Le sonreí y la invite a entrar al restaurante, era nuevo en la ciudad y bastante elegante.

—Vaya, te deben de estar pagando bien en el trabajo— bromeó la rubia mirando el menú.

Asentí levemente —Ha sido una buena semana—

—Me lo imagino.

El camarero tomo nuestra orden y un silencio se formo nuestra mesa, no sabía que decir ni si quiera encontraba mi voz.

—Cuando fui a América habían muchos restaurantes como estos— mi novia rompió el silencio —La abuela siempre me regañaba por no tomar el tenedor correcto—

Reí —Es fácil, bueno te acostumbras cuando eres rey— dije con nostalgia —Bueno, cuando era rey—

—Su majestad— canturreo.