Capítulo 2

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Horas después de aquel altercado con el rubio, SeongHwa se encontraba mirando su estómago y parte de su costado derecho. La reacción de WooYoung al aventarlo contra aquel mueble le había dejado un moretón que abarcaba parte de su abdomen y sus costillas, sin contar el hecho de que había roto su cadena de plata. Se miró en el espejo que tenía de cuerpo completo frente suyo y terminó de abrocharse la camisa. Fuera de lo que había sucedido, tenía que trabajar. Terminó de vestirse y tomó su teléfono, salió de la habitación, cerró esta con llave y bajó hasta el primer piso. Fue hasta la habitación donde se encontraba WooYoung y suspiró al verlo dormido con las manos esposadas a la cama. Observó bien sus muñecas y notó estas rojizas y un poco ensangrentadas, suponiendo que aquello era causa de haber intentado zafarse de alguna manera. Se acercó hasta tomar asiento a un costado de WooYoung. Pudo divisar las lágrimas secas en sus mejillas, pues estas quedaban como una marca de maquillaje en su rostro. Acarició su mejilla y su cabello, alejándose para ir a preparar un rápido desayuno antes de irse, y no para él, sino para WooYoung. 

Al estar al menos una media hora en la cocina, terminó de preparar un rápido desayuno que se basaba en algo muy tradicional en Estados Unidos. Antes creía que eso era sólo en las películas, pero cuando se fue a vivir allá, se dio cuenta que era algo realmente real. Hizo un par de huevos estrellados, tocino, jugo de naranja y, por si las dudas, dejó un poco de kimchi que había preparado el día anterior para cenar cuando llegó del trabajo. Después de todo, seguía teniendo su gusto por la cocina de su país natal. 
Tras terminar de preparar el desayuno, fue de regreso a la habitación donde yacía el rubio. Dejó la comida en una bandeja con una nota en el centro de la mesa de la cocina. Había una probabilidad muy alta de que WooYoung llegase a ir ahí en busca de algo para comer. Sacó las llaves de las esposas y quitó estas de las muñecas de WooYoung para que evidentemente pudiera ir al baño, anduviera por su departamento y sobre todo, que pudiese comer. Claramente cabe destacar que SeongHwa ahora fue un poco más precavido que en la madrugada. Cortó líneas de teléfono, no dejó ningún medio de comunicación disponible ni al alcance de WooYoung; no contaba con herramientas de hogar ni de cualquier tipo, como para que el rubio pudiese usarlas para abrir alguna puerta, usar el ascensor. Al menos no a la mano. Todo lo que pudiese usar aquel chico, lo dejó bajo llave en su habitación, en una caja fuerte que yacía debajo de la duela —su piso— de su cama, y algunos otros lugares.

—Habla Park  —contestó el pelinegro a una llamada entrante de su celular.
—Buenos días jefe, llamaba para informarle que el señor Joshua ha llegado para su cita de las nueve. Se encuentra esperándolo en su oficina.
—Dile que no tardo —fue todo lo que dijo y finalizó la llamada, ahora siendo él quien hace una llamada—. ¿Elias? Sí, voy a ocupar que bloquees el ascensor de mi departamento en cuanto yo baje. Sí. Gracias —volvió a finalizar la llamada y se dispuso a salir de su piso.

Tomó el ascensor hasta la planta baja donde yacía el estacionamiento de los residentes de aquel edificio. Subió al auto, y tomó su celular mientras su chófer cerraba la puerta y subía en el asiento conductor para llevar a Park hasta la oficina, la rutina de todos los días. SeongHwa texteaba cosas en tu teléfono; unas cosas eran mensajes entre él y distintos clientes, otras eran para confirmar el bloqueo del ascensor de su departamento; otras más eran para atender dudas de su oficina. Era un hombre ocupado. 

—Mark, necesito que hoy hagas algo por mí —habló sin dejar de mirar su móvil, manteniendo su ceño fruncido.
—Dígame señor —contestó su chófer, mirándolo de reojo por el retrovisor.
—Necesito que compres algo de ropa, zapatos, ropa interior, calcetines.
—¿Para usted, señor Park?

SeongHwa dejó su teléfono por fin y lo guardó en el bolsillo interior de su saco, mirando finalmente a Mark por el retrovisor de igual forma, y habló no sin antes soltar un largo suspiro.

La Subasta [SeongWoo]Where stories live. Discover now