CAPÍTULO 33

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El sonido de un grillo y la penumbra de la madrugada eran las únicas cosas que lograba distinguir en medio de mi insomnio. Jumpol se encontraba acostado en su sofá durmiendo o fingiendo que lo hacía. Sabía de su preocupación por el riesgo de la situación en la que Aamon nos tenía presentes pero si Jumpol no era capaz de hacerle frente no veía probable algo en lo que yo pudiese ayudar.

—¿No puedes dormir? —.Me dijo Jumpol de la nada.

—Veo que tú tampoco puedes —. Le respondí con voz baja.

Trascurrieron un par de segundos cuando volvió a hablar, escuché como se daba la vuelta para poder observarme.

—¿No tienes miedo, Gun?—. Me preguntó un poco serio.

—Claro que lo tengo pero... Es difícil expresarlo sabiendo que tú estas a mi lado —. Le contesté girandome para verlo.

—Soy capaz de hacerle frente a Aamon pero es un demonio muy impredecible, la próxima vez que no esté junto a ti puede que sea la última que te vea—. Se mostró un poco temeroso de aquello.

—Si ambos nos apoyamos puede que ese idiota no nos haga daño, además yo creo que tú eres más cool —. Comenté para darle ánimos.

El sonido de las agujas del reloj se presentó solamente en el silencio de ese momento, solté un gran suspiro para volver a acomodarme en la cama.

—Vamos a dormir, mañana debemos ir a la escuela —. Susurré antes de cerrar los ojos.

Horas que parecieron minutos en mi sueño transcurrieron por toda la madrugada hasta escuchar el sonar de mi alarma para ir a la escuela. Me levanté tambaleándo un poco pues quería observar si mi papá se encontraba en casa o no pero parecía que se había ido temprano por lo que regresé para despertar a Jumpol quien roncaba en una posición bastante extraña.

— Jumpol levantate, tenemos que ir a la esc... —. Solté un bostezo antes de terminar la oración.

—¿Qué? Pero si me acabas de decir que nos debemos dormir para ir mañana a la escuela —. Dijo sin moverse de su posición.

—Ya es de mañana, vamos que no quiero llegar tarde —. Le dije antes de salir para preparar el desayuno.

La peor costumbre que pude desarrollar fue el hacer todo el desayuno de Jumpol y mío desde que comenzó a asistir conmigo a la escuela, con demasiada pereza puse a cocer unos huevos con tocino en el sartén. Los pasos pesados del demonio se aproximaban a la cocina dejando escuchar también quejidos de su parte expresando cansancio y obligación, al girarme vi que Jumpol ya tenía puesta su ropa junto a su peinado arreglado y con él un olor a loción dulce.

—¿Ya te arreglaste? Debo apresurarme, toma, ya esta listo —. Dejé su plato en la mesa para subir a bañarme rápidamente.

Al entrar a mi cuarto la cama y en general el cuarto ya estaba limpio y ordenado lo que me hizo soltar una expresión de confusión haciéndome pensar principalmente en Jumpol por su accion. Resolviendo en un segundo que él se había tomado la molestia de ordenar la habitación, solo pude agradecer internamente mientras dirigía mis pasos hasta baño con la ropa seleccionada en mis manos. Pasados un minimo de cuatro minutos gracias a la velocidad que me tomé en asearme salí de la regadera y tomé mi toalla para secarme, después de vestirme y tomar mi mochila bajé exhausto por todo lo que había hecho en tan solo ocho minutos llevándome la sorpresa de que Jumpol ya había recogido la mesa dejando solo mi plato en la misma.

—Come, yo ya acabé —. Me dijo mientras pelaba un plátano.

—¿Nos iremos en tu motocicleta de nuevo? —. Le pregunté mientras me sentaba.

EN LAS GARRAS DEL DEMONIO [Adaptación]Where stories live. Discover now