5. ℳ𝒶ℊ𝒾𝒸𝒶 𝓃𝒾𝒸ℴ𝓉𝒾𝓃𝒶.

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-¿Tía Zelda?

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-¿Tía Zelda?

-Oh no...- El cuerpo de Mary se irguió de manera tensa.

-¿Sí?- Zelda en cambio no se alarmó por esto. Confiaba en la educación que le había dado a su sobrina. Y no esperaba, en absoluto, que ella entrase sin su aprobación.

-¿Estás ocupada? Quisiera hablarte de algo...

-¿Es muy urgente?- Zelda giró sus ojos como si tuviera a Sabrina frente a ella. De seguro era otro drama adolecente, su tema favorito. (Sarcasmo).

-Un poco... Sí.- respondió la chica detrás de la puerta.

Todo mientras Mary estaba en el medio de las dos, sentada en el escritorio de la tía de Sabrina, en una posición muy comprometedora.

-¿Podrías esperarme un momento?- Zelda sacó de su pánico a Mary para hablarle.-Si no le escucho no se irá.

-Oh...- Fue entonces como una fuerza que definitivamente no pertenecía a Mary Wardwell, subió desde su vientre hasta su garganta.-¿Y si no quiero hacerlo?

-¿Qué?

-Lo que has oído.- Lilith puso las puntas de sus tacones negros en cada brazo de la silla de la Suma Sacerdotisa. Con delicadeza, en un gesto sensual. Tomó la punta del collar de Zelda y la acercó lentamente a un punto, donde el rostro de Lilith también se acercaba.- No quiero hacerlo.

Zelda quedó en shock. ¿Cómo se atrevía a decirle eso en su propia oficina?

Aunque, la sinceridad te delata, Zelda. No le disgustaba esa altivez. Al contrario, la excitaba.

-¿Tía?- Sabrina volvió a llamar a la puerta.

Lo que hizo que Zelda rompiera el duelo de miradas con la mujer que tenía al frente suyo.

La Suma Sacerdotisa se notó entonces completamente embobada, sumida, en Lilith. Al punto de encontrarse recorriendo, inconscientemente, las piernas de la bruja por debajo de su falda.

Se levantó de su escritorio con una firmeza endeble. Iba a decirle que le esperara, que solo serían cinco minutos con Sabrina. Pero cuando a penas pudo modular media sílaba, sus ojos vieron la mano rápida de Lilith deshaciendo los botones de su vestido y exhibiendo, sin descaro, su sostén negro.

Cuando los botones se deshicieron y como si no fuera más tentador el panorama. Lilith reposó su mano de una manera que, su escote, se pronunciará más. Dejando a total y plena disposición a Zelda, quién la miraba de pie sin decir una sola palabra.

-Realmente... Estoy ocupada en estos momentos.

-¿Puedo venir más tarde entonces?-Sabrina insistía porque había evocado, sin querer, la presencia de una monja demoníaca que la estaba persiguiendo.

A Little Wicked🦋 [Madamspellman Fic]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt