𖥻 ִ ۫ ּ Baby omega ✦ [L.S]

.ᨘ۫.ꪶ🍼Burbujas.

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-Cachorro.

Susurró Louis. Con sus tibias manos, acarició la cálida carita del omega, o mejor dicho, parte de su tez.

El rostro de Harry se encontraba enterrado en el pecho del alfa, y al castaño le daba ternura la manera en la que su naricita se aplastaba contra su cuerpo.

El rizado se removió suavemente en la cama, soltando un, casi inaudible, quejido.

-Venga, omega perezoso. Hay que despertar, dormilón. - dijo, con una risa tirando de sus comisuras. No obstante, siguió realizando cariñosos patrones por la templada carita ajena.

-No, Boo. - musitó.

Sin embargo, aquella pronunciación de palabras fueron escuchadas por Louis como un murmullo de sonidos ilegibles. A parte de que el chupete intervenía en su capacidad de hablar, su cercanía con el pecho del mayor era tanta, que salían amortiguadas.

-Hay que despertar. Tenemos que darte un baño con muchas burbujas, ¿te acuerdas que ayer lo acordamos?

A pesar de su somnoliento estado, asintió, con sus ojitos todavía besando sus pómulos y sus pestañas rozando su piel.

Su ceño se frunció en el momento que su chupete dejó de estar en contacto con sus labios. Confundido, dirigió sus orbes al castaño, quien sostenía su deseado objeto.

-¡Mmm, mío! - levantó sus bracitos, y con sus manos, trató de alcanzar al chupo.

Louis sin embargo, lo alejó. Esto causó que los fanales adormilados y brillantes del omega se convirtieran en dos pequeñas lagunas rebosantes de agua.

-Bebé, no llores.

Cargó al pequeño cuerpo por debajo de sus brazos, sentándolo en su regazo una vez que él mismo reposó su espalda en el cabecero de la cama.

-Shh, cariño hay que aprender a que a veces, no puedes tener todo lo que quieres. - trató de regañar, en cambio, en su tono de voz brotó la dulzura con la que usualmente dedicaba palabras a su omega.

Su omega, porque él sabía que era suyo.

Harry se acurrucó en su olor. Su rostro se unió a aquel aroma que prontamente lo acogía entre sus brazos, y no pudo evitar deleitarse ante la fragancia que abrazaba su pecho.

En ese instante, dejó de llorar, pero la tristeza que emanaba sin siquiera darse cuenta seguía nublando los sentidos del alfa.

-Hazza l-lo siente, papi. - murmuró, con un puchero que evitaba mostrar.

Llevó sus rodillas a su pecho, y sus manitas rodearon el cuello del alfa.

Louis sonrió, pasando una de sus palmas por la pequeña espalda del omega, dibujando círculos en ella.

-¿Mi bebé se siente pequeñito?

Harry simplemente asintió. Con sus puñitos, agarró fuertemente la camisa del alfa.

-¿Qué te parece si quitamos ese puchero y vamos a bañarnos en burbujas?