𖥻 ִ ۫ ּ Baby omega ✦ [L.S]

.ᨘ۫.ꪶ🍼Te amo, Boo.

Antes de empezar, quiero comunicar un pequeño detalle que he cambiado, el cual es la edad de Harry. Al inicio de la fic, informé que tenía 16 años, pero debido a algunas posibles críticas, decidí ponerle 17. Ahora sí, espero que disfrutéis el último capítulo. <33

-20/Final-

Días habían pasado para Harry desde el reencuentro con su madre. Días en los cuales las nubes arropaban a las frías brisas que ofrecía el gélido clima londinense; jornadas donde las sosegadas respiraciones de Louis calmaban cada rastro de estrellas que componían la lechosa y suave tez de Harry, lo que conseguía emergerse en un profundo sueño cuyas experiencias pintadas tal y como su consciencia obliga, de asemejaban a su día a día con el cariñoso alfa.

No obstante, a pesar de los tiernos besos que abrazaban la carita del rizado como unos suaves claveles rozando cada porción de piel; hubo un día entre tantas sonrisas perezosas acurrucados en el nido caricias inocentes a lo largo del pequeño cuerpo, que celo del alfa se presentó de manera imprevista.

Sin embargo, Louis se negó a tocar a su bebé omega.

Harry, sorprendiendo a todos los presentes que se ofrecieron a cuidarlo, cayó en un mar donde la tristeza tiraba de su cuerpo hasta hundirlo y ahogarlo sosegada y tortuosamente.

Entonces, el lobito del rizado emanaba una inmensa desolación que le fue imposible de no contagiar a su usual felicidad. Sentía el instinto animal de correr a los brazos de su alfa para complacerlo con sus dulces besos que impregnaban la ternura en las mejillas de Louis.

No obstante, le fue imposible realizar aquellos incesantes deseos que cada vez carcomían su cabeza de una manera que angustiaba su pecho hasta hacerlo inspirar profundas respiraciones . Después de cuatro jornadas, el celo del alfa culminó como la última gota de agua cayendo en un charco inundado de dolor mezclado con desesperación.

Cabe aclarar, que Harry nunca se separó del calor proveniente de Louis, que se colaba entre sus poros hasta chocar contra sus huesos de una manera un tanto entrañable. Tampoco alejó los besos que el alfa le otorgaba de vez en cuando, besos perezosos e inocentes en la cama que siempre acababan rozando la mejilla del contrario, saboreando la dulzura de sus aromas rodeando sus pieles.

Y de esa manera, pasaron durante días, semanas, incluso. Envueltos en la colisión de sus manos cariñosas que se mueven a la par de las tiernas muestras de afecto, combinándose con el ronroneo de felicidad que la garganta del pequeño omega dejaba escuchar.

—Pero mira qué bebé despertó.

La dulce voz de Louis salió tan cariñosa, que un escalofrío cargado de mariposas rozó la pancita del omega cubierta por su mameluco rosa. Su bracito izquierdo apretaba a Blue contra su pecho, mientras que su puñito libre se refregaba con cansancio contra su ojito entrecerrado. Además, su chupete descansaba perezosamente sobre sus labios, y su piecito escondido en su pijama de frotaba con el otro.