XIII: LO SIENTO

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El sonido que emitió la puerta al abrirse, preparó a Hermione para el visitante inesperado, aunque no para la identidad de éste. Creyó que pudiera ser Harry o inclusive Astoria, pero era más de la media noche y podía oír los ronquidos de su azabache amigo a kilómetros. No obstante, pretendió estar dormida y con sutileza metió una mano debajo de la almohada, dónde siempre escondía su varita mágica. Con todo lo vivido en su corta vida, el instinto de precaución le mantenía en modo alerta. La cama se hundió en la orilla, y muy quieta, Hermione sintió un roce en sus pies y para entonces, su mano ya estaba abrazando el mango de la varita con fuerza, lista para atacar en el momento justo.

─ Puedes engañar a mi hermano y a Tory..., pero no a mí... ─Hermione se tensó al oír la voz siseante de Pansy Potter. La chica pelinegra produjo un choque de nervios en su interior; uno inexplicable y que le hizo dejar ir la varita de sus dedos─. Sé que estás despierta, Granger.

La castaña, viéndose descubierta, se irguió para reposar su cabeza en el espaldar. La habitación se hallaba algo iluminada por la luz tenue que emergía por la puerta entre abierta del baño ─luego de tantas cosas, Hermione adoptó dicha costumbre─, por lo que se podía detallar la silueta de Pansy. Aún vestía como horas antes y olía un poco a alcohol, cigarrillos y hierva buena.

─ ¿Acaso me espías? ─preguntó Hermione, intentando encontrar los ojos verdes de Pansy, más solo halló un diminuto destello en el par de cuencas negras hechas por la oscuridad que las rodeaba.

─ ¿Crees que no tengo nada mejor qué hacer? ─cuestionó en cierta mordacidad Pansy. No obstante, al dejar ir una suave exhalación, agregó─. Cuando mi madre falleció..., tenía tantas pesadillas y... ─se cortó por un segundo y, aunque obviamente ésto le suponía un dolor, prosiguió─. Y ésa sensación de vació y completa soledad no me abandonaban..., nunca. Me era difícil conciliar una pizca de sueño.

La confusión no podía agravarse para Hermione, pues se preguntaba el por qué Pansy le estaba contando aquello tan personal. Había completa sinceridad en esas palabras, pero allí se hallaba el problema de desconcierto para la ex Gryffindor.

─ Park... Potter..., Yo... ─se corrigió Hermione al segundo, recordando las múltiples veces en la que Pansy lo había hecho.

─ Lamento lo que dije temprano ─«¿Qué?»─. Lo siento. Y espero hayas escuchado bien, porque no lo volveré a repetir ─advirtió Pansy, provocando en Hermione un poco de gracia─. No fue un chiste, Granger.

Hermione paró de reír, observándola con la cejas ligeramente alzadas.

─ ¿Ésa es tu forma de decir que lo sientes? ─inquirió seriamente.

Pansy bufó.

─ Es mi forma decir que odio que se burlen de mí ─masculló.

El silencio intervino, pero la incomodidad nunca llegó. A pesar de estar calladas, a Hermione le sentaba bien estar acompañada, aunque eso significase que fuese junto a la mordacidad de Pansy Potter. Unos minutos después, descubrió la mirada de ésta sobre su abultado vientre, parecía una mezcla de sentimientos, pues sus gestos hablaban por sí solos.

─ Tranquila, no es como si un monstruo fuese a salir de mi barriga para atacarte ─rió ligeramente cuando Pansy alzó la vista hacia ella, ceñuda.

─ Ésto ha sido una mala idea ─dijo Pansy, poniéndose en pie para marcharse.

─ ¡Oh! Vamos, Pansy fue... ─Hermione se interrumpió al darse cuenta de sus palabras no pensadas, y sintiendo sus mejillas calentarse, repuso─. Fue una broma, Potter.

Pansy se giró, con semblante inexpresivo. Eso era lo que más le fastidiaba a Hermione, que por un lado ella era todo un libro abierto, mientras que la pelinegra era totalmente lo contrario.

¿Y SI DECIDO QUEDARME?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang