CAPITULO - 1

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El sol estaba en su punto, pero gracias a las nubes no se dejaba ver. A Edward le parecía irónico ver el cielo, porque está igual que él, nublado casi negro, triste, asi se sentía, mal, triste, solo. Hace más de 1 año que se fue Ale de Forks y no hay día que lo extrañe y lo peor, era que en esos momentos se arrepiente de a verlo dejado ir cuando pudo tenerlo ahí, con él, en el claro donde se encargó de cumplir su primera petición y donde le declaro lo que sentía por él.

Suspiro y cerro sus ojos. Extrañaba como a nada a Ale, el chico que le robo su muerto corazón, que le dio vida nuevamente y le demostró que nadie es perfecto y puede cometer errores pero aprender de ellos. Lo necesitaba, necesitaba a Ale, a ese hermoso y perfecto chico que con solo una de sus sonrisas se sonrojaba cual tomatito y se veia tierno, necesitaba al chico de ojos oscuros como una noche misteriosa, y necesitaba esa hermosa sonrisa resplandeciente que le regresaba la vida. Pero ahora ya no estaba, dejo que se fuera y ahora nunca lo volvería a ver.

Volvió a abrir los ojos al oír la pisas de su hermana Alices, quien de toda la familia era la única que tenía comunicación con Ale. La de cabello pixie al igual que Edward extrañaba a Ale, pero por fortuna el chico antes de irse dejo que siguiera comunicándose con él, pero no era suficiente, necesitaba con ella, que ambos volvieran a reír como lo hacían en los almuerzos, necesitaba verlo en la escuela paseando por los pasillos, quiera volver a ver a Ale, por lo menos en sus visiones para percatarse de que está bien, a salvo, no es que no confiara en la familia de su mejor amigo, pero solo quería verlo, por lo menos una vez más.

Cuando Alices llego al claro donde vio a su hermano sentado en pose india, no espero más y se acercó a paso humano sentándose a su lado, recargo su cabeza en su hombro y cerro sus ojos por un momento. Edward la dejo porque sabía lo que tenía, porque estaba igual que ella, también lo extrañaba.

--Debemos irnos, se hará tarde para ir a la escuela—Dijo Alices sin abrir los ojo. Edward suspiro y asintió.

--Andando—Ambos se pusieron de pie y se fueron a paso humano. Ya listos emprendieron camino hacia la escuela como venían haciendo desde hace años.

--Hola Bella—Dijo Alices al llegar con la chica que estaba guardando sus cosas en el casillero.

--Hola Ali—Saludo la chica. Ambas siguieron hablando hasta irse del lado de Edward. El vampiro telepata se sintió solo ya que cuando llegaba al instituto Ale estaba ahí con él, pero ahora solo era él.

--Sería mejor si estuvieras aquí—Susurro Edward antes de caminar hasta su primera clase.

A la hora del almuerzo, Alices junto a Bella, y Edward fueron a sentarse con los amigos de la chica, ya que desde que Ale y Bella se hicieron amigos de la pequeña vampira tenían la costumbre de sentarse juntos, y bueno aparte porque Rosalie Jasper y Emmett ya no estaban al a ver terminado la preparatoria. Mientras platicaban entre ellos, bueno solo Alices se unía a la conversación con los demas y escuchaba lo que decía Jessica sobre las ideas de sus amigos ante el discurso de fin de curso que ella daría.

--No será mi discurso cuando—Arranco la hoja de papel—Cuando quiera que me tiren diplomas a la cabeza—Alices y Bella sonrieron por eso y más cuando la chica lanzo lo hoja directo a la cara del rubio ojo azul.

--Jess no necesita clichés, si discurso será épico—Alentó Alices sonrojando a la chica—Y hablando de cosas épicas—Sonrio—Decidí que daré la fiesta de graduación, en mi casa—Todos los humanos abrieron los ojos como platos, no todos los días tenías la oportunidad de que la chica linda y popular de la escuela te invite personalmente a una fiesta y mucho menos en su casa, el que Bella se haya hecho amiga de la chica bajita sí que tenía sus ventajas.

PRESA Y CAZADOR [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora