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Natasha's pov:

—¿Y cómo es?

—Su cabello es naranja, así como el tuyo, tiene ojos verdes, da abrazos y besos y siempre quiere jugar, pero a veces se enoja y me regaña. —Murmuró Noe.

Observé desde atrás de la puerta del salón.

—Ella te ama mucho, ¿lo sabes, no?

—Sí, por eso le hago este dibujo. —Murmuró mi hija coloreando. —¿Por qué conoces a mamá?

—Tu madre y yo fuimos muy buenas amigas. —Murmuró Wanda.

Ese concepto de amistad es extraño considerando que pasaba el cincuenta por ciento de mi día entre sus piernas o brazos.

—¿Y qué pasó?

—Discutimos, y nos alejamos, pero el
cariño sigue ahí. —Murmuró Wanda.

—¿Por qué discuten? Los adultos son raros, mejor hubiesen visto caricaturas juntas, eso hago con el abuelo Fury cuando nos peleábamo.

—¿Por qué peleaban?

—Porque no me dejaba ganar, y me gusta ganar. —Murmuró Noe generando que yo comenzara a reír.

Entré al salón y ambas me observaron. Los ojos grises de Noe y la mirada verde de Wanda clavada en mí, de pronto ambas tenían la misma forma de verme.

—Hola, mamá. —Saludó Noe.

Fuera llovía con fuerza, el clima no nos acompaña en lo absoluto.

—Hola, princesa.

Wanda observó fuera.

—Debería llamar a Pietro. —Se levantó.

—¿Wanda? —La llamé. —¿Ya comieron? —Ella negó. —¿Quieres pizza? Podría prepararte la que te gusta.

Ella sonrió levemente.

—Ponle mucho queso y acepto.

Asentí. Noe también ama la pizza con mucha carne y queso.

—¿Qué haces, cariño?

—Hice algo para ti. —Murmuró Noe enseñándome el dibujo. —Esa es Buana, esa es mamá desde el cielo, y esa eres tú tomando a Buana de la mano.

—¿Por qué la tomo de la mano?—Pregunté.

—No lo sé, eso vi. —Murmuró estirándose. —¡Quiero pizza!

La observé extrañada y asentí tomándola en brazos para ir a la cocina

—Haré tu favorita.

—¿Puedo tener un hermanito que se llame Duncan?

—Ese es nombre de caballo.

—Sí, pero quiero un hermanito.

—Puedo darte un cachorro. —Murmuré buscando los ingredientes.

—Que bueno, porque el tío Pietro me ha prometido uno.

Me quedé quieta notando como había manipulado la situación a su antojo. ¡Sólo tiene tres años!

—¿Quién te dijo como plantearme ésto? ¿Fue Wanda, verdad?—Pregunté recordando como la pelirroja ponía todo a su favor siempre.

—Ella dijo que tu mente es algo frágil. ¿Qué es frágil?

Solté una risita.

—Débil.

—Oh.

Wanda entró en la cocina.

Don't you remember ; scarletwidow - blackhillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora