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Wanda's pov:

Llegamos al complejo para encontrarnos con el plan de Tony. Dividirnos en equipos mientras buscamos las gemas.

—¿Vormir?—Preguntó Natasha observando a Tony. —¿Qué es Vormir?

Observé a Tony y Rocket se encogió de hombros.

—Un lugar alejado, su cielo es bonito. Les entregaré la nave si prometen cuidarla. —Aclaró el... Animal.

—¿Y los demás tienen claro a donde van?

—Contigo a Nueva York. —Dije yo observando a Tony.

—Tenemos una oportunidad, no lo desperdicien.—Dijo Steve. —¿Nos veremos aquí mañana?—Preguntó mientras me observaba fijamente.

—¿En serio debo ir con ese sujeto?—Se quejó Natasha y Tony giró los ojos.

—Si vas con Wanda estarás preocupada de defenderla, y ya sabemos que tu y yo no trabajamos si no es con alcohol de por medio.—Se encogió de hombros.—Sólo hagan lo que deben hacer y regresan con la gema.

Asentí observando a mi esposa quien observaba el traje que Tony había hecho para ella.

—¿Y eso es mío?—Preguntó pegando su nariz al cristal.

—Ese es tuyo.—Sonrió el pelinegro.—Ya pueden retirarse.—Dijo con una sonrisa. Todos salieron de la sala de reuniones, los equipos estaban definidos.—¿Brujita?—Me llamó Tony y levanté la mirada de mi anillo de matrimonio. —Uh, no es necesario que lo uses, pero... —Levantó una cortina magnética y vi un traje escarlata con un símbolo de viuda en la muñeca y detalles negros.—Pepper logró que combine con el de Natasha y... Pensé que ambas podrían usarlo, ya sé que con tus poderes no es necesario, pero... Tal vez te sirva.

Sonreí levemente.

—Gracias, Stark.—Me acerqué hasta él y palmeé su espalda. —Si a mi chica le hace ilusión combinar trajes, lo usaré.

—Cool.—Murmuró Natasha con la nariz aún pegada al cristal de su traje.—¿Ya puedo jugar con el?

—No es un juguete.—Gruñó Tony.—Son bebés, debes tratarlo con amor.

—Lo trataré con amor, es sólo que quiero usarlo.

Ambos me observaron con ojos de cachorro esperando mi autorización. Suspiré.

—Tienes quince minutos, Natalia. Te espero en el auto, debemos dejar a los niños con Margot.—Dije seria. La pelirroja asintió y ambos se apresusaron en sacar el traje de la vitrina.

Caminé fuera del complejo. La noche helada se hacía notar. Steve estaba fumando mientras esperaba a Bruce, comparten departamento.

—Hey.—Saludé y el rubio me dedicó una sonrisa.—¿Todo bien?—Pregunté.

—Todo bien. ¿Cómo está, Emma?—Preguntó.

—Te extraña... ¿Tendrás un momento la siguiente semana? Quiere verte.—Suspiré y él apartó la mirada. —Steve, lo hicimos de forma legal para que cumplas con las visitas, si no vas a cumplir con ello, creo que...

—No quiero que viva bajo la sombra de todo lo malo que he hecho.—Confesó y apagó su cigarrillo.—He cometido errores, Wanda. He sido una mala persona y... Emma no merece ésto en su vida.

—Para Emma eres su padre, y te ama...—Dije con certeza. La pequeña rubia lo extraña demasiado. —Y no le importan tus errores, porque a diferencia de ti, ella no juzga a los demás, no es rencorosa.

—Exactamente, y sí es así, tampoco es gracias a mí, es gracias a que ambas han cuidado bien de ella.—Murmuró.—No quiero arrastrarla a mi miserable vida, no quiero arrastrarla a ser la hija de Steve Rogers, el que traicionó a la gente que más lo amó alguna vez, aquél que jamás estuvo a su lado, y aquél que jamás ayudó a quienes lo querían. Sé lo que soy, sé de mis errores, y entiendo que nadie quiera estar cerca de mí, no confían en mí, pero...—Suspiró.—Emma me hizo cambiar, dejé las drogas.—Murmuró.—Creí que era lo único que me hacía feliz y luego... Descubrí a Emma, pero no puedo arrastrarla a mí, no sería justo.

Natasha salió del complejo con el cabello alborotado y Steve me sonrió.

—Tiene suerte de tenerlas. Cuiden mucho de ella, luego de la misión, me iré lejos, no quiero que me busque, hagan que me olvide, lo superará.

Se dio media vuelta y subió hasta su auto para esperar a Bruce quien venía riendo junto a Natasha y Tony.

No sé si sea el mejor momento para tener lastima de Rogers, pero definitivamente creo que merece una oportunidad de cuidar de Emma... Todos merecemos otra oportunidad... O muchas oportunidades.

                                [•••] 

—¿Me estás diciendo que Rogers merece cuidar de nuestra hija?—Dijo Natasha burlona mientras se desnudaba antes de meterse a la ducha.

Me quité el maquillaje mientras ella seguía allí observándome.

—¿Qué? Es su padre.—Murmuré. —Todos merecen otra oportunidad.

—Cien no.—Giró los ojos.—¿Ya vienes?—Preguntó y la ignoré. —Hace frió.—Se quejó.

Observé el reflejo de sus senos en el espejo y sonreí burlona.

—Ya veo, hace frío.

Ella se cubrió los senos molesta y caminé hasta la ducha dejando caer mi bata.

Me puse tras ella y besé suavemente su espalda. Natasha tiene lunares adorables.

—Hay una leyenda que dice que...—Suspiré dejando el agua caer sobre nuestros cuerpos.—Donde más lunares tienes... Es donde más te besaron en tu otra vida... U otras vidas.—Murmuré.

Ella sonrió mientras mis manos pasaban por su abdomen acariciándolo.

—¿En qué revista barata leíste eso?—Se burló. Llevé mis manos a sus senos y los apreté.—¡Mis botones de gomita, Wanda!—Se quejó provocando que yo riera.

—Tus botones de gomita.—Me burlé y ella se giró molesta.

—Que a ti te guste que te haga cosas bruscas no significa que a mi también, me gustan, pero ese no es el punto.—Gruñó ella y sonreí burlona.

—Cariño, estoy hablándote.

—¿Y qué?—Se quejó.

—No seas boba, dame un beso.—Dije rozando nuestros labios.

La pelirroja me besó con suavidad antes de jalar levemente mi labio inferior.

—Te odio.—Murmuró.

—Rencorosa.

—Agresiva.

Giré los ojos.

—Tal vez te he besado mucho la espalda.—Murmuré y ella se sonrojó.—En todas las vidas...

—Y yo tu rostro.—Dijo rozando su nariz con la mía.—Tal vez... Somos la causa de nuestras marcas.

—Tal vez.

                               [•••]

—Tu pijama.—Murmuré entregándole a Natasha su pijama calentito.

—Siempre está calentito.—Murmuró y sonreí.

—Sé que te gusta.

La pelirroja se vistió en el para luego recostarse a mi lado.

—Gracias, mi amor.

Besó mi mejilla y yo sonreí.

—¿Sabes?—Acaricié su rostro mientras nos acurrucabamos.—Dale una oportunidad a Steve, él merece que Emma lo quiera, y merece sentirse querido por alguien.

Natasha suspiró y escondió su rostro en el escote de mi camiseta.

—Lo meditaré.—Dijo de forma ahogada y giré los ojos.—Ahora a dormir, mañana es un gran día.

Suspiré.

Tengo sueño.

Nota de autor:

¡Buenas noches!

-Codex.

Don't you remember ; scarletwidow - blackhillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora