🎅 Capítulo III. Last Christmas 🎅

335 30 2
                                    

Diana había conseguido coger una almohada y una manta para poder dormir por la noche. Las cosas estaban empezando a normalizarse, en lo que cabe estar atrapado en un aeropuerto. Había gente que se ofrecía a trabajar en puestos de comida para poder pasar el rato. Otros estaban montando clubs de lectura con los libros que se podían vender en las tiendas o  en los que se compraban online para el ebook. Incluso había gente había decido hacer circuitos para hacer ejercicio. 

En uno de las puertas de embarque había esterillas para hacer yoga con monitores incluidos. También había zumba y aerobic. Por el aeropuerto, se habían montado tres carriles, los de ida corriendo y los de vuelta y el último para aquellos que pasearan para ir a las tiendas y demás. Era como si todo el mundo hubiera pasado del estado de ira al de aceptación en cuestión de pocos días. 

Diana estaba haciendo rutina lo de ir a los vestuarios a ducharse, cambiarse y desayunar Bruce. Con el cual conversaba sobre diversos temas. Hablaban sobre películas que habían visto, momentos graciosos de cuando iban al colegio, hablaban de mitología tema del que Diana sabía bastante, se decía que su familia estaba relacionada con los dioses griegos. Hablaban de sus trabajos y de lo que hacían, de como Diana trabajaba en un museo y como era que ambos habían acabado en ese aeropuerto. 

Ese día no era distinto, Diana iba de camino hacia los vestuarios cuando vio que Bruce iba corriendo por uno de los carriles de deporte del aeropuerto. Vestía unos pantalones de chándal oscuros, unas deportivas con el símbolo de Adidas y una camiseta oscura ceñida que dejaba poco que imaginar sobre qué habría debajo de ella, parecía como si se moviera un poco en ella se rompería. Los músculos que se le notaban bajo la camiseta parecía haber esculpidos por el mismo Michelangelo. Se paró en seco al ver a Diana y salió del carril para no molestar a los demás. 

— Buenos días — Saludó Bruce con una sonrisa en los labios. Una de las muchas que ya le había brindado a Prince.

— Haciendo ejercicio por lo que veo — Comentó Diana observando el atuendo del multimillonario que tenía delante. 

— Sí, que sea Navidad no significa que deje mi rutina. — Pasó su mano por el cabello oscuro, haciendo que las gotas de sudor se le quedaran en la mano —. ¿Te apetecería acompañarme? 

Bruce estaba deseoso de que Diana dijera que sí, le encantaba su compañía, sus desayunos en el Starbucks, hablando de cualquier cosa. Era como si todo lo que dijera con ella fuera comprendido, cosa que anteriormente no siempre le pasaba. Esperaba que ella dijera que sí y que le acompañase para poder pasar más tiempo juntos. 

— Sí, — Aceptó Diana con una sonrisa y asintiendo con la cabeza —. Deja que me cambie ¿y quedamos en el Starbucks para empezar?  

Bruce celebró mentalmente que ella hubiera dicho que sí a su pregunta. No es que hubiera un montón de cosas que hacer juntos en ese lugar por lo que si ella se animaba a hacer ejercicio lo mismo se volvería una rutina mientras que estuvieran allí.

— Por supuesto — Contestó Bruce. Diana sonrió y se fue camino hacia los vestuarios para cambiarse por algo más adecuado para poder hacer ejercicio. 

Bruce caminó hacia el Starbucks para esperarla, mirando los mensajes que tenía en su teléfono y lo que estaba pasando en el mundo mientras ellos estaban encerrados en el aeropuerto de New York. 

Al poco Diana apareció en su campo de visión, había dejado sus cosas en la taquilla del vestuario para que no la molestaran al hacer ejercicio. Llevaba unas mayas cómodas y unas deportivas además de una camiseta de tirantes blanca que ponía "JUST DO IT" en letras grises. Llevaba una coleta alta para sujetarle el pelo. Bruce pensó que cada día que la veía más bella y preciosa le parecía. Siempre le había parecido hermosa pero según pasaba más tiempo a su alrededor más se lo parecía. 

Atrapados por Navidad. Wonderbat AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora