Epílogo

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1 año después*

Hace un año estuve a punto de casarme con un maniático obsesionado conmigo. Es raro recordar esto porque siento como si hubiera sido hace ya mucho tiempo. No diré que este año fue fácil, porque no, no lo fue.

Las calles de Moscú me reciben mientras camino como una turista, no puedo decir que lo soy ya que ya llevo tiempo viviendo aquí. Cualquier persona que me viera creería que estoy sola y vulnerable, pero el tiempo ya me hizo capaz de detectar cuando me están siguiendo como es el caso.

No me preocupo, ya está todo resuelto para que la persona imprudente que me está siguiendo pague sus consecuencias.

La plaza por la que voy pasando está llena de niños y eso me hace caminar más deprisa, no quiero que el espectáculo sea aquí en frente de ellos. Logro llegar a un callejón, no está oscuro ya que aún está el brillante sol sobre nosotros, pero si está solo.

Como ya era de esperarse el hombre no tarda en ingresar en él, y yo lo recibo de frente con una radiante sonrisa.

-Tu peor error perra - me dice mientras se acerca a mí con una pistola en mano. Mi sonrisa se vuelve más grande.

-El mío o el tuyo? - le digo antes de que el disparo de Taylor directo a su cabeza acabe con su vida. Él se acerca a mi intentando revisar que este bien, yo le sonrío para que se dé cuenta de que así es.

Él ha estado cuidando de mi todo este año y este joven era solo un estorbo que ya necesitábamos quitar del camino.

-Kristis Smazku, sobrino de Leonel. Estuvo intentando vengar la muerte de su tío todo este año, robó mercancía, incumplió reglas, Mato a varios de nuestros hombres, tuvo que un intento miserable de empezar una rebelión y casi la mata - resumió Taylor en voz alta y yo solo me limité a encogerme de hombros, ya está fuera de la jugada que es lo importante.

Chequé mi celular para ver la hora y me di cuenta de que ya era tarde. Le dije a Taylor que teníamos que irnos a la mansión de inmediato y así lo hicimos.

Las puertas se abrieron para nosotros y la fortaleza en la que vivía apareció frente a mis ojos. Me gustaba su posición, esa meseta era muy favorable para nuestro negocio, por si venía un ataque o algo por el estilo.

Durante todo el trayecto lo que sucedió hace un año no se dejaba de repetir en mi mente, el disparo, el sufrimiento, la desesperanza, el incendio, todo. Había cosas que simplemente no superaría fácilmente nunca porque las pesadillas que tuve durante los 3 meses seguidos a eso fueron difíciles y el que no hubiera nadie ahí para consolarme y abrazarme lo fue más.

Una lágrima se escapó por mi ojo, note la mirada de Taylor por el retrovisor pero rápidamente la limpié lo que provocó que él no emitiera ningún comentario y se limitara a estacionar el auto en la propiedad.

Hoy vestía de blanco al igual que aquel día, irónico no? Mentiría si les dijera que fue una coincidencia, porque no lo fue. Es mi manera de recodarme que lo qué pasó hace un año si fue real, que ese día no se borrara tan fácil de mi memoria y él como el día de mi boda fue uno horrible.

Una boda, pueden creer que ahora les tengo miedo? Damien y Rachel se casarán pronto y aún no estoy segura de querer asistir a su unión. Con un suspiro bajo del auto y me encamino a la casa.

El silencio es abrumador como siempre, pero sé que hoy es un día especial por lo que ignoro el silencio y me encamino hacia la habitación de arriba. Alexander es quien me recibe y quien pasa conmigo a la habitación donde el doctor ya está al lado del cuerpo de su hermano.

Lo único visible para mí de su rostro son sus ojos, los cuales tenía demasiado sin ver. Mi corazón palpita al instante, y me duele que ese incendio le haya ocasionado esto. Las vendas blancas cubren el resto de su cara y aunque él me ha rechazado, me ha pedido que me aleje, incluso él se alejó al venirse a Rusia pensando que no lo encontraría, no he podido. No puedo estar lejos de él y necesito estar aquí hoy cuando al fin le quitaran las vendas después de todas las operaciones que le hicieron para intentar reconstruir su rostro.

-Te pedí sólo una cosa Zoe - musita con cierto reproche

-Y yo siempre te advertí que no la pensaba cumplir - Fue mi respuesta

-Zoe no quiero que me veas así - Sabía que estaba molesto porque no seguí sus indicaciones, pero algo en su voz y semblante me decía que al mismo tiempo estaba feliz porque estaba aquí a su lado.

Decidí no contestarle y me limite a tomar su mano. Para mi sorpresa él también tomó de la mía y el doctor comenzó a retirar las vendas de manera lenta y con sumo cuidado.

La expectativa era palpable en la habitación y una vez que las vendas fueron retiradas le sonreí de una manera sincera con lágrimas en los ojos. El aún no se veía a sí mismo y sé que eso lo inquietaba así que le pase un espejo.

Mi corazón se detuvo cuando volví a ver esa sonrisa que desde siempre me ha encantado. Su rostro estaba tal y como lo había estado antes del incidente. No dudo en levantarse de la cama y correr en mi dirección con los brazos abiertos.

Este año alejados fue el peor para mí, entendía lo difícil que fue su situación, estar en coma unos meses y luego levantarse prácticamente irreconocible, pero la realidad era que si me dolía el que me hubiera alejado de esa manera. Sabía que este era un tema que tendríamos que hablar, pero por el momento quería disfrutar de estar así con el de nuevo, entre sus brazos, felices y juntos.

Vendida a mi exWhere stories live. Discover now