Realeza

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Yuuji recordó cuando tenia 6, no tenía ganas de seguir con su entrenamiento, sukuna siempre lo derribaba y le daba golpes que dolían demasiado, al ser tan solo un niño botó su espada de madera al suelo y corrió hacía su alcoba. Estaba harto de tener que entrenar aún cuando el no sería el heredo al trono. Su abuelo llegó a su alcoba con pasos ligeros inclinándose junto a el para acariciar su espalda mientras lloraba, luego de unos minutos donde solo se escuchaban sus hipeos su abuelo le repitió algo que había escuchado desde que tenía 3 años

"Aunque la paz haya perdurado durante generaciones tienes que volverte fuerte como un hombre, es cierto que tu no serás el rey pero eres parte de la familiar real y cómo tal estarás a cargo de muchas cosas importantes, pero no podrás hacerlo si no sabes blandir un espada"dijo con su clásico rostro serio

Desde entonces aunque tuviera muchas ganas de dormir un poco más, aunque tuviera frío por los tiempos de lluvia, aunque quisiera ir a jugar con los demás niños del castillos no lo hacía por que el era un hombre y debía de comportarse cómo tal. Entreno días y noches enteras hasta que por fin pudo darle un golpe a sukuna, este sonrió orgulloso sin embargo no dijo nada y tampoco hacía falta porque Yuuji lo sabía.

Algunos años más adelante, ambos cumplieron la mayoría de edad y como ya era una costumbre en la familia real, el rey y la reina hicieron un banquete invitando a las mejores familias cercanas y lejanas al reino, secretamente también esperaban encontrar una buena mujer para sus hijos. Los gemelos no se opusieron, sabían que era su responsabilidad porque eran hombres y eso es lo que hacían los hombres.

Mientras sukuna bailaba con una hermosa princesa del reino vecino, yuuji se escapó a hurtadillas del gran salón con ayuda de Nanami, su guardia personal "Si su madre se entera que colabore para que usted se fugue de la fiesta me va a mandar a la horca"
"Solo será un momento, siento que me asfixio ahí dentro aparte mi madre no te enviaría a morir solo por esto, no a menos de que seas un brujo"
"Su madre lo entendería si le dice que no quiere casarse aún" Nanami ignoró el chiste por parte del menor y hizo una mueca. A pesar de ser un simple escolta, yuuji lo trataba como a un amigo importándole poco los rangos permitiéndole gastarle algunas bromas o opinar sobre algunos asuntos cuando estaban solos
-Se que lo haría pero soy un hombre Nanami y ese es mi deber como parte de la familia real"Yuuji le dió una pequeña sonrisa y se fue por el largo pasillo, quería tomar un poco de aire y despejarse un poco de su responsabilidad. Llegó al gran balcón que enfocaba toda el reino y sus habitantes, todo se veía hermoso, las luz de la luna alumbraba las calles y a lo lejos se podía observar a una pareja de amantes, parecían felices, yuuji aún se preguntaba como se sentiría haber nacido como un aldeano común, cuáles serían sus tareas, probablemente no sabría leer pero sabría ordeñar vacas, tal vez no sabría escribir pero sabría como servir una cerveza en alguna taberna, tal vez no sabría usar una espada pero sabría como hacer pan y mantequilla...solo tal vez sería una persona normal

Extendió una mano intentando tapar la hermosa luna azul, una lágrima escapo por sus ojos rodando por toda su cara hasta la punta de su barbilla, no se molesto en limpiarla, nadie podría verlo allí. En ese lugar tenía permitido llorar y no ser un hombre solo por un momento, porque los hombres no lo hacen, los hombres no lloran

No quería ser de la familia real, quería ordeñar vacas y dar un paseo por el lodo sin preocuparse de tener una buena postura.

Un ruido se escucho atrás de el.

Se giro asustado, se supone que todos estaban en el baile, un temor lo recorrió al pensar que se había demorado mucho y tal vez sus padres habían notado su ausencia- madre?- no hubo respuesta- Nanami?

Tal vez escucho mal, su cabeza le estaba jugando una mala pasada

-Principe- en que momento había aquel hombre llegado a su lado
-¿Quién eres?
-Oh, lo siento, que malos modales que tengo, soy Gojo Satoru- se inclino y tomó su mano para besarla, a yuuji le sorprendió lo frío que estaba aquel hombre- es un gusto por fin conocerlo

Historias cortas del GoyuuWhere stories live. Discover now