Duquesa Vinsonneau |FINALIZADA|

65

Luego de unos días, se nos informó que ya casi todos los soldados se encontraban de regreso, John regreso también al pueblo, donde continúo con sus ayudas al reino, intentando curar a todos los heridos de la guerra.

Durante estos días, Ethan pidió respuestas y estas fueron dadas por mí, la guerra había terminado, su padre había sido detenido y Luka había fallecido. Cuando este se enteró que lo seguí a la guerra se molestó un poco, por no fui cuidadosa, pero luego esta molestia desapareció y agradeció que estuviera sana y salva. Theo despertó, lloro cuando se le informo sobre la muerte de Luka, era uno de los pocos amigos que este tenía y lo perdió por una flecha. Fue en uno de estos días, en la mañana donde ocurrió el funeral de aquel chico valiente, como lo pidió su padre, fue una ceremonia sencilla, algunos guardias se presentaron mostrando su respeto, Theo como pudo también estuvo presente al igual que Ethan.

Los últimos solados en regresar el día de hoy nos informaron que todo estaba vacío, Félix junto con otros guardias eran los últimos en regresar y que junto con estos vendría el rey, quien recibiría su castigo al llegar a palacio. Ese mismo día, unas horas después, la reina llegó a palacio y se encontró con una no esperada escena donde por un momento se asustó de ver lo herido que Ethan quedo, luego se alegró, de que la guerra terminase, pero aquella sonrisa, se desvaneció nuevamente, cuando se le informo que el Rey se encontraba prisionero, por traición a la corona, todo esto se lo conto Ethan junto a mí.

— Deberías calmarte un poco —le digo a Ethan, cuando regresamos a nuestra habitación— ha sido una mañana bastante ocupada, pero recuerda que aun estas herido.

— Lo sé, pero alguien se debe hacer cargo —dice dejando unas especies de bastones que está usando para poder caminar, mientras que se recuesta en la cama, tocándose el estómago— viste como reacciono mi madre, al enterarse de todo.

Asiento y me siento junto a él, John ha venido a palacio sin falta durante estos días, dándole atención personal a Ethan y dándole apoyo a las enfermeras que continúan dando su mejor esfuerzo para curar a todos los guardias. John fue quien le entrego aquellos bastones a Ethan, puesto que sus piernas no reaccionan de la manera que deberían hacerlo, mientras que continúa cuidando todas las heridas que este posee por todo el cuerpo.

— ¿Te duelo el estómago? —le pregunto, viendo que no ha sacado sus manos de este.

— Un poco, pero nada terrible —me responde intentando no preocuparme— ve a ver a Theo, quizás necesite una amiga en estos momentos.

— Está bien —digo levantándome— el doctor vendrá a verte así que dile de tus dolores.

Este asiente y se acomoda, para dormir algo mientras yo me retiro de la habitación. Sorprendentemente el castillo salió de aquel silencio en el que se encontraba y ahora es como si estuviera recobrando vida, aunque de vez en cuando se escucha uno que otro grito de algún guardia que está siendo curado.

Desvío un poco mi camino y me dirijo al calabozo, donde he estado viniendo todos estos días sin decirle a Ethan, quien probablemente si se enterase se molestaría un poco.

— A qué debo el honor nuevamente —escucho la voz de Timoteo.

— El rey llega hoy —le digo— así que ya no estarás solo en esta celda.

— Deberían agradecernos —dice molesto— las riquezas que consiguió el reino, es incontable.

— Pero a que costo ¿vidas de inocentes? —le digo molesta— ¿a cuantas personas asesinaron para lograr aquellas riquezas?

Su silencio se hace presente en el calabozo y uno de los guardias me pide retirarme. Cuando salgo al pasillo, doy un gran suspiro y me dirijo a la habitación de Theo, la cual al entrar veo como le están curando una de sus heridas en la espalda.

— Disculpen —digo rápidamente— no quería molestar.

— No molesta princesa —me responde rápidamente Theo— ¿se encuentra bien?

— Si, solo venía a ver como estabas.

Este se ríe y me comienza a contar como la enfermera que lo está atendiendo lo hace sufrir, ya que no lo limpia con cuidado, a lo que la enfermera quien es una chica bastante joven le da un golpe en la cabeza haciendo que Theo se detenga.

— Ve a lo que me refiero.

Solamente me rio y me quedo un poco más de tiempo escuchando las anécdotas de Theo y su enfermera, quien no se queda atrás y conversa de igual forma conmigo. Las horas pasan y decido volver a mi habitación, para ver como continua Ethan, pero cuando estoy a punto de subir las escaleras, veo como las puertas de palacio se abren de golpe dejándome ver a Félix, junto con su pelotón y el rey, quien viene atado.

— Vi las banderas —escucho la voz de Ethan bajando las escaleras junto con John, quien lo ayuda— llévense a mi padre al calabozo.

Los guardias asienten y se lo llegan, escucho como el rey se queja y grita cosas en contra de su hijo, pero este les hace caso omiso a todas las palabras. Ethan me ve al final de las escaleras y continúa bajando con ayuda de John quien además trae sus bastones.

Félix se queda de pie, viendo como su amigo baja lentamente las escaleras junto con el pelotón y cuando Ethan llega al lado mío, Félix realiza una reverencia.

— La frontera quedo deshabitada por gente del reino, antes de venirnos se nos acercaron personas provenientes del pueblo Wonmin sin ningún tipo de armamento a preguntarnos el ¿por qué de la retirada? contestamos que nos rendimos, que el príncipe detuvo la guerra en contra de la voluntad de su padre, quien será castigado por acabar con cientos de vidas.

— Muy bien —dice Ethan— gracias por todo a Félix y a todos ustedes quienes se quedaron asegurándose de que todo esto terminara.

Los soldados aun en reverencia mueven sus cabezas asintiendo y cuando poco a poco se van con enfermeras que John llamo para que les curen cualquier herida, Félix se levanta y se acerca a nosotros.

— Vendrá el jefe de Wonmin, se hará presente en palacio en unos cuantos días —nos informa— les dejamos dos caballos y un carruaje.

— Esta bien —le dice Ethan— lo hiciste bien, ahora ve a que te curen.

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65, 66 y 67

Prepárense para decirle adiós a todos.