Usarte-[giyuutan]

Encuentrø

Habían pasado dos semanas desde que volvieron de la misión, en ese tiempo ninguno de los dos pilares se ha juntado de nuevo. 
Giyuu había experimentado lo que es un rechazo, sabía lo que podía pasar, y aún así se arriesgó...
Una nueva grieta en su corazón se hacía paso en sus heridas de su pasado que se quedaron grabadas como un tatuaje. 

''Puedes dejar de doler?...''

Se preguntó, refiriéndose a su pecho, que no había parado de doler, buscaba una salida desesperada a aquel sufrimiento que le carcomía desde años, pero que hasta este punto había logrado retener de forma que no lo dañara tanto, pero con lo sucedido, se desbordó.
Era un dolor que se resistía a irse, le dejaba desorientado la mayoría del tiempo, evitando que se pudiera concentrar de manera debida, si quiera al tener compañía le ayudaba a mejorar.

Mientras tanto, un joven pelirrojo corrió con un sonrojo en sus mejillas hacia el joven de cabellos azulados con emoción, a algunos tropezones, pero no impidiéndole poder acercarse al mayor.

—Giyuu-san!—
El llamado hizo que el ojí-azul volteara algo desconcertado a donde este provenía, era Tanjiro; aquel chico con el que había podido entablar una relación algo estable.

—Kamado...—
Contestó con un tono frío, mientras le miraba con ojos sin ninguna emoción. —¿Estás bien?, tienes el rostro rojo...—.

—Ah... Y-Yo... ¿C-Cómo ha estado giyuu-san? he oído que han derrotado a una luna inferior...—
Dijo con una sonrisa nerviosa, combinandole con su rostro tan rojo como un tomate, un intento de evadir el tema, que tuvo eficacia.

—Sí...—
Contestó el otro, algo extrañado sobre el por qué cambiaba de tema. Más sus sospechas habían sido aclaradas.

—Tú fuiste a la misión con Rengoku, cierto?—
Dijo libremente, pasando de lado lo que podía provocar.
 Eso último hizo que el ojirubí borrara su sonrisa, no le gustaba recordar que no pudo hacer nada para salvar al pilar de la llama, era una carga que yacía en sus hombros.

—No te culpes...—
Dijo Giyuu en un intento de remendar lo anterior, tratando de dibujarle nuevamente la cálida sonrisa del otro, aunque no sirviera para nada.
 
—...Era una luna superior y también había una luna inferior—
Aún así, aquellas palabras fueron muy agradecias por el pelirrojo, quien no dudo en darle una pequeña sonrisa como agradecimiento, Tomioka, por su parte, trataba de devolvérsela débilmente.

—¡TANJIRO!—
Se escuchó el grito de queja de una chica ojí-azul, que a lo lejos se apreciaba como era molestado por Hashibira.
Tanjiro les miró desconcertado, pero iba a ayudarla.

—Oh lo siento giyuu-san, me tengo que ir, ¡adiós!—
después de despedirse el pelirrojo salió corriendo hacia donde estaban sus dos compañeros, y trataba de separarlos.

Giyuu sólo pudo despedirse desde lejos algo desconcertado, mientras nuevamente sus ojos dieron a parar en un punto dijo en el lugar, desinteresado de lo demás.
Él estaba que ya no podía más.

Sospechaba de los  posibles sentimientos del joven Kamado hacia  él, debido a antiguas circunstancias que se parecían a las suyas con Shinobu.
Pero, siendo así o no, eso no le hacía enojar o algo, pues para él, aquellos sentimientos eran demasiado normales viendo a su alrededor, más no le daba importancia si estos provenían de una persona del mismo género o no.

Pero... No se dio cuenta de algo, en aquel pequeño lapso, por tan corto que sea, no sintió su pecho arder, algo que agradecía de sobremanera, pero, al pensarlo mejor, se preguntaba si aquella bendición había sido a causa de la persona que le acompañaba, pues en ocasiones recientes había tenido compañía de otras personas e igual sentía aquel dolor...

—Kamado— 

Aquel nombre, que bien podría ser una salida a su mar de desesperación y dolor... Un pensamiento tan inhumano y egoísta, que usaría sólo para desahogarse...

—lo usaré hasta que pueda olvidarme de Shinobu—

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Wenash ฅ^•ﻌ•^ฅ

Que tal todo? :3

Feliz día o noche y si te desvelas viendo historias feliz madrugada.

Adiós nwn