Usarte-[giyuutan]

Celøs I

Los primeros días en los cuales comenzó a ser ''pareja'' del otro fueron algo difíciles de procesar para él, mientras se desvelaba por la ansiedad de saber lo que su estupidez hizo, aunque, aquellos pensamientos poco a poco dejaban de atormentarle, desvaneciéndose.

Respecto a Shinobu... No se habían vuelto a ver, cosa que de cierta manera agradecía.

Sentía un gran peso irse de sus hombros, como si de aire se tratase, podía respirar tranquilo y no tenía que matarse con tanto pensamiento que le invadía.
Y todo... Gracias a Tanjiro.

Al final los dos querían pasar más tiempo con el otro, pero las razones para hacerlo eran muy distintas. 
Se le veía a ambos muy unidos los últimos días, pero, cuando la mayoría sabía sobre su relación algo cercana, las sospechas no yacían.

Por otro lado, Tanjiro estaba más que resplandeciente, su sonrisa era más alegre que nunca, si es que se podía, sentía la calidez en su corazón más fuerte y acogedora, unas emociones indescriptibles para él, pero que le encantaban. Sus compañeros se quedaban extrañados ante su comportamiento, pero no querían preguntar nada, les gustaba verlo así después de que él estuviera tan desanimado de lo que pasó en su última misión.

El peliazul iba caminando con una flor en manos, el destinado de tenerla sería el ojí-rubí, darle flores a tu pareja era considerado un acto romántico, lo supo al verlo de una pareja en una misión que tuvo.
Estaba cerca de la finca mariposa, donde todavía yacía el de cabellos burdeos. A medida que se acercaba su vista se hacía más clara, logrando avistar a una de sus compañeras, Mitsuri, entrecerró los ojos extrañado al verla con la cara completamente roja.

—¡L-Lo lamento Tomioka-San!—
Se disculpó casi gritando de la vergüenza, su cara se tornó más rojiza, si es que se podía. Giyuu le miró con una expresión seria, cosa que hizo incomodar más a la chica. —Está bien Kanroji...—Soltó, aún con su mirada neutral el ojí-azul.

—¿Estás bien? Tienes la cara muy roja...—
Preguntó, sin considerar lo que sus palabras le harían a la chica, quien a estas alturas le ganaba al color de un tomate. Mitsuri sentía que explotaría de la vergüenza. Negó con su cabeza.

—¡S-Si! Estoy bien es sólo que...—
El joven le puso más atención a la joven.
—Le acabo de confesar mis sentimientos a quien me gusta y dijo que sentía lo mismo!—
exclamó emocionada, otra vez sin medir su tono de voz o la información que soltaba. Giyuu quedó procesando lo que acababa de decir la ojí-verde, pues lo había dicho de manera muy rápida. 
—D-Dijo que saldría pronto...—
El mayor pudo notar como la pilar explotaba de la emoción, mientras sonreía como si no hubiera un mañana, se le quedó mirando unos minutos, aquella sonrisa resplandeciente le recordaba a alguien...
Kanroji se incomodó un poco respecto a la penetrante mirada que el otro le daba, más no quiso decir nada.

—Bien por ustedes...—
 Le felicitó el mayor, saliendo de su anterior trance, y curioso de quién sería la persona de la que Mitsuri hablaba.

—Mitsuri-san—
La dulce voz se hizo presente, aquella tierna voz que reconocería al instante, se puso tenso, ni siquiera le devolvió la mirada, pues ya sabía quien era y sentía que si miraba aquellos orbes violetas volvería a decaer. 
El drástico cambio de ambos pilares se hizo presenta, tanto en Shinobu como Tomioka, se sentía una clara incomodidad entre ambos. 
La felicidad desbordante de Kanroji le hizo darse cuenta, mientras formaba un puño con su mano.

—Shinobu-san—
Le llamó felizmente la más alta, su felicidad en ese momento parecía darle inmunidad sobre el ambiente que se creó.
Y entonces volvió a caer a la realidad, como un balde a agua fría cayendo sobre sus hombros, recordando aquel peso que sentía sobre estos anteriormente-

—Tomioka-San...Yo...—
La incomodidad de la joven de cabellos violáceos se hacía más grande, hablar le pareció una buena forma para romper la tensión.

—Me tengo que ir—
 Pasó rápidamente entre ambas chicas, ganándose la mirada confusa de ambas, especialmente de Mitsuri, quien se despidió aún si el ojí-azul la ignorase. Siguió con su camino para ver a Tanjiro, miró la flor que yacía entre sus manos admirándola por algunos segundos para después tirarla al suelo.

Vaya, todo iba muy bien, demasiado bien, hasta ese momento, al ver a la persona que quería,  queriendo a alguien más, ¿Por qué?, ¿Por qué no podía ser él? quizá y aquellos pensamientos tenían razón, simplemente no era lo suficiente para una persona, tener que entender aquello y ver que la chica era feliz con otra persona le llenaba de coraje y enojo. 
Celos.

_____

Tanjiro estaba en la finca mariposa, ese era su último día ahí, ya estaba recuperado completamente de sus heridas.
Iba a salir para ver a su querida pareja, más esta apareció ante sus ojos. Sentía mucha alegría al notar la nueva compañía, pero, algo... Algo no estaba bien. 
Porque el peli-azul se veía molesta, a pesar de siempre cargar una expresión demasiado neutral.

—Giyuu-san, ¿sucedió algo?—
No recibió respuesta del mayor, el joven trataba de descifrar que era lo que el contrario tenía, para así ayudarle.
Después de unos segundos el pelirrojo fue tomado de la muñeca por el de orbes zafiro, quién ejercía la suficiente fuerza en su agarre como para que el menor soltara pequeños quejidos de dolor.

—G-Giyuu-san?—
 Trató de llamar nuevamente la atención del pilar, pero este sólo enfocaba su vista en el camino que iba para su domicilio.  Al llegar, el ojí-azul tiró bruscamente al menor sobre el futón de su habitación.

El ojirubí estaba asustado y desconcertado sobre el repentino comportamiento de su pareja, no pudo reaccionar cuando el mayor lo estaba besando...

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wenash ฅ^•ﻌ•^ฅ

en el siguiente capitulo se viene lo chido jsjsj

quizá mañana actualice...

sin más que decir adiós nwn

feliz mañana, tarde, noshe o madrugada si te desvelas leyendo historias :3