Usarte-[giyuutan]

cønfesiøn

Desde ese día, aquel pensamiento retumbaba en la cabeza de Giyuu, le carcomía día y noche, pensando insistentemente en que esa podría ser la solución al dolor de pecho que estaba sintiendo, mientras una parte sabía que eso estaba mal, y que aquel chico saldría herido fuertemente si es que lo hacía.

Se encontraba lidiando con ese gran lío en su cabeza, un dolor tan horroroso no justificaría algo así de todas maneras, pero,  estaba tan cansado de seguir así que pensar en estar tranquilo un momento le hacía dar ganar de llorar.

—Lo lamento... Lo lamento Tanjiro... T-Te usaré.—. —Sólo tengo que fingir amarte... Cierto?—
El rostro de Giyuu se deformó a una expresión de terror, al pensar en lo que estaría a punto de hacer. Se preguntaba, ¿Y si esto le haría sentir peor? sacudió su cabeza tratando de borrar tal pensamiento. Tendría que confiarse completamente de que estar con el ojí-rubí sería un alivio para el estrés.

Estaba dirigiéndose hacia donde estaría Kamado, La finca mariposa.  Sentía que con cada paso se moría lentamente, el nido de todos sus nervios yacía en su estómago, provocandole un fuerte dolor en el área.
Un fuerte arrepentimiento inundó en su cuerpo, estando a nada de retirarse y olvidar todo, culparse por eso y sentirse peor de seguro, vivir con una falsa fantasía de cómo es que se siente sentirse amado de manera romántica quizá.

—¿Giyuu-San?— 
Sintió un escalofrió recorrer en todo su cuerpo, un miedo increíble. Volteó rápidamente, mirando al joven de cabellos burdeos sonreírle gentilmente. De alguna manera, el ambiente que él traía era tan pacífico...

—...H-Hola—
Salió un hilo de voz, pero fue escuchado por el pelirrojo perfectamente, la sonrisa del chico se volvió más grande, achinando sus ojos.

—¿Se encuentra bien?—
Preguntó al notar que el mayor se veía algo desorientado, recibió un leve asentimiento del contrario. Tomioka estaba con los nervios de punta, tratando de decidirse y organizar sus pensamientos, levantó la mirada, que había estado baja la mayoría del tiempo, encontrándose con la mirada rubí del chico, parecía que una inmensa calma se posó en él al hacerlo, tan tranquilo que incluso le llegaba a asustar.

Lo quería... Quería sentirse así más tiempo, quería que su pasado lo dejara de atormentar y dejara un mar de calma en su mente, quería sentir aquel calor en su pecho más tiempo.

—Tanjiro... Podemos hablar?—
Dijo sin pensarlo dos veces, el menor quedó algo confundido con lo repentino que fue, pero dio un asentimiento.

Ambos se alejaron un poco del lugar, Kamado se dejaba guiar por el ojí-azul con toda confianza, hasta que el otro paró y volteó para mirarle fíjamente.
Entrecerró sus ojos al notar que él estaba algo nervioso.

—Tanjiro...—
Tenía el corazón en la garganta por lo que estaría por decir, sólo...—Me gustas.—
Dijo firme, con los nervios carcomiendole, raramente esta vez tenía más miedo de la vez con Shinobu.

EL chico se sintió desfallecer ante lo dicho, quedó como estatua y abrió los ojos como platos mientras sentía una gran cantidad de adrenalina recorrer por sus venas, no faltó mucho para que su rostro se tornara de un rojo intenso, miró al color zafiro de los orbes del contrario, viendo como estos temblaban un poco, quizá por el miedo.

—Tú... ¡Tú también me gustas!—
Soltó casi gritando por los nervios, mientras bajaba la cabeza y cerraba sus ojos fuertemente. Giyuu seguía en su misma fase de estatua mientras trataba de procesar lo que acababa de decir, no hizo nada más que desviar la mirada a un lado de lo raro que se tornó el momento para él.

—Yo... Yo...—
Trató de recuperar algo de aliento pero la cantidad de cosas que pasaban por su cabeza le sobrepasaban a las que podía procesar. 

«Lo siento Tomioka~San, pero no puedo corresponderte»

—¿Q-Quieres ser mi pareja?—
Cerró los ojos fuertemente, ante lo tonto que fue, pero,  por alguna razón aquella frase que tomó lugar en su cabeza por pocos segundos le hizo decirlo sin pensarlo.

—Ah... Yo... ¡si!—
Contestó, siendo gobernado por la adrenalina al igual que Tomioka, aunque este último más por el miedo. No tardó en abrazar al contrario, a los segundos fue correspondido. Al separarse ambos se miraron,  uno miraba al otro con amor y felicidad, mientras que el contrario lo veía con una pequeña sonrisa y melancolía, aún sin poder creer lo que acababa de ocurrir.

Después de estar un rato así el ojí-rubí no pudo contenerlo más, la adrenalina del momento tampoco ayudaba, así que  dándose un pequeño impulso logró darle un corto y pequeño beso en los labios del mayor, a lo cual este se mantuvo congelado.

No tardó mucho para que el menor se alejara rápido y se fuera corriendo hacía la finca mariposa.

—A-Adiós Giyuu-San, ¡Nos vemos!—
Se despidió ya desde lejos, con un inmenso sonrojo en la cara y una vergüenza increíble.
El de  cabellos azules seguía con incredibilidad, y solo le seguía con la mirada.

Ya... Ya estaba hecho.

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wenash ฅ^•ﻌ•^ฅ

que tal :3? ya casi un mes que no actualizo jaja... 

sin más que decir les deseo buen día, tarde, noche y pues al lector o lectora que mira wattpad hasta las tres de la mañana, feliz madrugada.

Nos vemossssssssssssssss nwn