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-¡Mikey!- saludó alegremente la chica al rubio quién se acercaba a ella con sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones y con una paleta en su boca.
El al verla, sacó una de sus manos y la saludó con una sonrisa. No se demoró mucho para estar con ella.
-¿Cómo te fue en el clase?-le preguntó _______.
-Mmm, más o menos ¿Creó? -miró hacía otro lado para no verla.
-Te recuerdo que estamos a tres días para los exámenes-le recordó.
En eso Mikey dejó de caminar y la miró con sorpresa.
-¿Qué?! ¡¿Ya tan rápido?!
-"Así que se le olvidó"-pensó con diversión-Sip, dentro de tres días empiezan los exámenes.
-Y yo no he estudiado nada, nadita de nada-en sus ojos se podía ver la desesperación que empezaba a tener.
-Pfff, sí quieres yo puedo ayudarte a estudiar-le ofreció su sabiduría.
-¡¿En serio?!-la miró como sí fuera su salvación.
-Así es, para mí no hay ningún problema en ayudarte.
-Entonces...-¿Dónde se verían?
-Vayamos a mí casa, ahí tengo todo el material para ayudarte a estudiar.
-"La casa de senpai"-era la primera vez que iría, por lo tanto se empezó a sentir un tanto nervioso.
-¿Sucede algo?-le miró extrañada, a que venía tanto sudor.
-¡No! Solamente que...-divagó en su cabeza, buscando una escusa-... olvidé que tengo que hablar con emma sobre algo-utilizó a su hermana.
-¿Emma? -en eso el foco se te prendió-¿Es tu hermana, no? Está bien, entonces te ven a mí casa en la tarde. Te mandaré mí dirección por mensaje.
Tomando una dirección diferente al de Mikey, lo miró y dándole una sonrisa se despidió de el.
-¡Adiós mikey!-se despidió con un pequeño movimiento de mano.
El Sano se quedó quieto como estatua, se había congelado al verla. Sinceramente ella era su debilidad.
-¡Bien! Debo ir con emma y que me dé consejos en lo que debo hacer en este tipo de situación-sin perder más tiempo, se fue en busca de su hermana.